jueves, 28 de mayo de 2020

De Madrid al cielo, 40 años después


Hay un dicho muy típico de los madrileños que dice “De Madrid, al cielo”. Para los que no son de Madrid suena un poco prepotente, hay que reconocerlo, pero para el Nottingham Forest fue una gran verdad. Hoy se cumplen cuarenta años de la culminación del milagro del Nottingham Forest, la segunda Copa de Europa de los chicos de Brian Clough y Peter Taylor conseguida con una muy sufrida victoria (1-0) ante el todopoderoso Hamburgo de Kevin Keegan. Si Trevor Francis fue el héroe en Múnich un año antes, la historia se reservó el momento de mayor gloria para el ‘gordito’ escocés John Robertson. Nunca un guión futbolístico pudo escribirse mejor.

Hay muchos momentos de esta maravillosa historia del Forest que tienen algo de especial, desde eliminar al Liverpool en primera ronda a los durísimos partidos en Alemania. Este pasado ilustre del Forest, cada día más lejano pero a la vez tan presente, es uno de los atractivos del club. Cuanto más conoces y sabes sobre la improbable hazaña que Brian Clough y sus chicos construyeron en una pequeña ciudad industrial del centro de Inglaterra, más te atrae. Y así nos ha pasado a un grupo de españoles aficionados al fútbol que nos hemos ido encontrando por las redes gracias a nuestra pasión (alguno diría locura tras los años de Fawaz Al Hasawi) por el Forest.

Para todos nosotros, los #SpanishReds, la final de 1980 es quizás un poco más emotiva porque se disputó en España, y así siempre tendremos un vínculo más sentimental con el Forest y con aquellos jugadores que nos llevaron de la segunda división al estrellato europeo. La segunda Copa es un poco más nuestra.
Celtic, Feyenoord, Aston Villa, Hamburgo, PSV Eindhoven, Estrella Roja, Olympique Marsella, Borussia Dortmund y Chelsea. Todos ellos son clubes históricos, en mayor o menor medida. Tienen algo en común, son campeones de Europa…¡pero sólo una vez!
Si ganas la Copa de Europa una vez, puede quedar la sensación de que ese equipo tuvo un buen año, tuvo suerte o se le apareció la Virgen de Lourdes. Vamos, como al Leicester City en la liga. Pero el Nottingham Forest no pertenece a ese club, porque fue capaz de repetir un año después de su primer título.
Ese gol de Robertson en el Santiago Bernabéu ante el Hamburgo confirmó al Forest como un equipo especial en Europa, un grande. Un equipo que nos demostró, que con trabajo y confianza los milagros existen y se puede pasar de visitar el Edgar Street a ser bicampeón de Europa en uno de los estadios más emblemáticos de la Copa de Europa en sólo 4 años.

La segunda final se jugó el 28 de Mayo de 1980, en plena efervescencia de la Movida Madrileña, aquel movimiento cultural hedonista que recorría las calles de Malasaña en Madrid y que también supuso un renacer cultural en otras ciudades como Valencia. Sin embargo, esa libertad, esa tremenda explosión creativa de la Movida no se trasladó en exceso al césped del Bernabéu. En realidad los dos equipos disputaron un partido duro y de pocas ocasiones. La prensa española de la época lo calificó de malo, mientras que algunos futbolistas en activo que lo presenciaron supieron apreciar los detalles de aquel fútbol más táctico que creativo. La Vanguardia se quejó del ‘monocorde ritmo’ del partido y declaró que ‘el futbol de ataque no tuvo premio en la final de la XXV Copa de Europa’.  “Repitió el Nottingham”, tituló el Diario AS en portada, con una foto gigante de John McGovern levantando la orejona. “Un gol de Robertson y las paradas de Shilton decidieron”, explicaba el rotativo madrileño en su edición del 29 de mayo de 1980.
Cierto es. La final se decidió en un momento de brillantez de John Robertson, el futbolista al que Brian Clough llamaba Picasso. Y también es cierto que en algunos momentos de la segunda parte el Forest se encerró en el área, como recogen las crónicas. Pero ganó. Y a nosotros nos vale.
España atravesaba unos momentos convulsos cuando recibió al Forest y sus ruidosos aficionados. La final debía ser en parte un ensayo para la organización del Mundial 1982, el de Naranjito. El partido no despertó excesivo entusiasmo en Madrid. Las gradas solo se llenaron a la mitad, dejando a la vista mucho cemento. La inmensa mayoría de los aficionados en el Bernabéu aquella tarde eran ingleses o alemanes. Los madrileños sólo lo vivieron de lejos, quizás porque el Real Madrid había sido eliminado en semifinales por el Hamburgo.



El mismo día de la final, a un par de kilómetros del Bernabéu, los políticos españoles debatían una moción de censura en la Carrera de San Jerónimo contra el presidente del gobierno, Adolfo Suárez. Aquella moción de censura no prosperó por tan solo 24 votos y Felipe González, el candidato que la promovió, tuvo que esperar hasta 1982 para llegar al gobierno. Adolfo Suárez acabó dimitiendo meses más tarde y en Febrero de 1981 la joven democracia española vivió uno de sus momentos más tensos con el intento de golpe de estado durante la sesión de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo.
A pesar del limitado interés por la final, el debate en el Congreso de los Diputados fue relegado al segundo canal de Televisión Española. El famoso UHF. La final y el Forest, como no, se emitieron por la primera cadena. Los niños españoles, más contentos que nada, fueron testigos en directo de las diabluras de Robertson y los ‘Miracle Men’ de Brian Clough.

Aunque pocos, sí hubo Madrileños que vivieron aquella final con interés. @tote_alkor, uno de los miembros de los #SpanishReds nos relata lo que vivieron su padre y su abuelo aquel día de Mayo de 1980:

“Mi padre me contó una vez lo que fue esa tarde de 1980 para él y para mi abuelo. Por aquel entonces mi abuelo era árbitro de la Federación Madrileña y esa mañana pitó un partido en Canillejas, al que fue con mi padre, que tenía 15 años. Al terminar de comer, en un bar no muy lejos de allí, empezaron a ver gente que ‘hablaba raro’, eran los ingleses, vestidos de rojo: eran los del Forest. Union Jack’s, banderolas con árboles y camisetas cortas sobre pantalones de pana, así los recuerda mi padre. Los dos se acercaron al Bernabéu para ver el ambiente y en poco se marcharon a un bar, ya cerrado, que estaba cerca de la calle General Perón: allí vieron el partido con unos amigos de mi abuelo y algún que otro ‘guiri’ inglés y alemán, en un televisor enano junto con trinaranjus, coca colas y chatos de vino. Esa tarde de verano fue única, ni mi abuelo ni mi padre imaginaban lo que ese día supondría para la historia. No importaba quién ganara, aunque al final ganaron los buenos, los de la Union Jack y las banderolas con árboles, los que un año antes conquistaron el Olímpico de Múnich y dejarían marcada la huella de sus botas en la historia.”

Estaba claro, @tote_alkor no podía ser de otro equipo inglés que no fuera el Forest. Le viene de familia.



En 1980 no existían, por supuesto, ni Easyjet ni Ryanair. Viajar de Nottingham a Madrid no era tan fácil como ahora. Los aficionados del Forest se embarcaron en largos viajes en autobús o barco pasando por Francia. Sólo algunos pudieron darse el lujo de usar el avión.

Nottingham, recordemos, es una ciudad obrera e industrial, que en 1980 empezaba a sentir la crisis de la minería y las políticas ultraliberales de Margaret Thatcher.

Los primeros seguidores del Forest llegaron a Madrid el lunes. Como es habitual, los ingleses se juntaron en las plazas de la capital, probando las cervezas locales en amplias cantidades. Según el Diario AS, muchos se alojaron en hoteles cercanos a la Plaza de España. Y los que no tenían hotel durmieron en los banquillos. Dos hinchas fueron detenidos por nadar borrachos en calzoncillos en la fuente de la plaza. Vamos, lo normal.


Algunos de los afortunados que pudieron desplazarse en avión a Madrid fueron Bryan y Bev, que han tenido la amabilidad de contarnos sus recuerdos de aquel viaje a Madrid. Ya jubilados a sus más de 70 años, Bev y su marido Bryan siguen acudiendo a City Ground, donde son abonados junto a sus tres nietos. Ahora, claro, sufren bastante más que en 1980. Volaron a España desde el aeropuerto de Stansted, cerca de Cambridge, el mismo día de la final y llegaron al Bernabéu sobre las seis y media de la tarde, directamente desde Barajas.

 Con 32 años, Bryan era por aquel entonces ya un ‘veterano’ de las gradas del Forest, al que empezó a seguir en 1967 y acompañó, junto a Bev, en alguno de sus momentos más históricos, como la semifinal en Amsterdam o la trágica semifinal de Copa inglesa en Hillsborough contra el Liverpool. Bryan y Bev no pudieron disfrutar mucho de Madrid por falta de tiempo, pero sí que conocieron a algunos locales tras el partido, “todos iban con el Forest”, nos explica Bryan. Por la noche, la fiesta se desmadró un poco, “en el hotel había muchos seguidores del Forest y no paraba de correr el champán y la cerveza”, cuenta con una media sonrisa. “Hubo bastantes madrileños que se unieron a la fiesta”. Sí, a los españoles nos gusta celebrar, para qué negarlo.

Bryan reconoce que por aquel entonces ni siquiera ellos podían creer lo que le estaba pasando al Forest: “Nunca podíamos haber imaginado llegar a ganar esos títulos, era algo verdaderamente imposible de creer; además, no había tanta cobertura mediática como hoy en día, era algo totalmente distinto”.

Recientemente, encontraron las fotos de su viaje a Madrid.




Bev a punto de embarcar dirección Madrid.




Bryan en su camiseta: ‘El ejército del Forest de matadores marchan sobre Madrid’. ¡Qué español!
Una de las múltiples anécdotas del partido la protagonizó Peter Shilton el mismo día de la final. Unas horas antes del encuentro Shilton quería hacer algunos ejercicios de calentamiento. Puesto que no pudo encontrar césped en las inmediaciones del hotel en el que estaba concentrado el Forest, ni corto ni perezoso Clough y el entrenador de porteros se lo llevaron a una rotonda en pleno Paseo de la Castellana. Fue el único lugar que encontraron con algo de hierba. No les debió de ir mal aquel entrenamiento rodeado de coches y madrileños atónitos, porque Shilton fue una muralla ante la artillería alemana.
El Forest, recordemos, defendía título y ya no era el equipo casi desconocido que había sorprendido en la temporada anterior. Mantenía prácticamente la plantilla que había logrado la Copa de Europa y partía como uno de los favoritos. En la primera ronda le correspondió el Osters sueco, un equipo que presentaba el aval de haber derrotado en su Liga al finalista de la Copa de Europa anterior, el Malmö. En el primer partido jugado en City Ground los suecos mantuvieron durante muchos minutos su puerta a cero pero finalmente el Forest logró una buena renta de 2-0 gracias a los goles de Bowyer. En la vuelta en Suecia, el Osters se adelantó en el marcador sembrando los nervios en el campeón pero Woodcock marcó el empate definitivo que suponía la clasificación.
En segunda ronda el sorteo deparó otro equipo bastante desconocido, el Argeș Pitești rumano. En el partido de ida jugado en Nottingham el resultado fue el mismo que en la ronda anterior, un 2-0 con goles de Birtles y Woodcock. El Forest dejaba así la eliminatoria bastante decantada. En el partido de vuelta el Forest no dio opción y volvió a imponerse por 2-1 con goles de Bowyer y Birtles, el instalador de moquetas convertido en goleador estrella por Clough y Taylor. Esta fue la última eliminatoria que jugó Tony Woodcock que fue traspasado al Colonia poco después.
En cuartos de final el rival fue el Dinamo de Berlín de la antigua RDA. El partido de ida jugado en City Ground supuso la primera derrota del Forest en casa en la Copa de Europa, los alemanes vencieron 0-1 dejando la eliminatoria muy complicada para la vuelta. El Forest debía vencer en Berlín para llegar a semifinales, pero además llegó a Berlín con la moral tocada tras perder cuatro días antes la final de la Copa de la Liga por 1-0 ante el Wolverhampton. No fue fácil, pero los de Nottingham sacaron la casta de campeón y ganaron 1-3 dejando helado al público berlinés y a la STASI. Francis que hizo un partidazo con dos goles y Robertson de penalti sellaron el pase a semifinales.
En semifinales el rival del tenía mucho más nombre e historia que en las anteriores eliminatorias, el Ajax de Amsterdam se presentaba como un hueso muy duro de roer. En la ida jugada en el City Ground, el Forest volvió a recuperar su solidez jugando de local y venció por 2-0 al Ajax con goles de Francis y Robertson. Una vez más, los delanteros estrella allanaban el camino. En la vuelta, jugada en el Olímpico de Amsterdam en medio de un gran ambiente, el Ajax se adelantó en el minuto 66 por medio del danés Soren Lerby pero el Forest supo mantener su ventaja mínima para clasificarse por segundo año consecutivo a la final. No suele ser muy reconocido pero el Forest de Brian Clough era tan bueno atacando como defendiendo. Era un equipo con muchos registros. En la final lo demostraría con creces.
Si en el camino hasta Madrid la piedra más dura fue, sin duda, el Dinamo del Berlín Oriental, otro club alemán, esta vez del lado occidental del muro, pondría el título muy difícil en la final. El oponente fue el Hamburgo que se presentaba como favorito debido a la presencia en sus filas de Kevin Keegan, considerado uno de los mejores jugadores del mundo en ese momento. Además, el Forest contaba con la baja por lesión de su estrella y héroe de Múnich, Trevor Francis.
El Hamburgo había eliminado al Valur islandés, al Dinamo de Tbilisi, al Hadjuk Split con muchos apuros y en semifinales al Real Madrid. Los alemanes remontaron el 2-0 de la ida en el Bernabéu con un impresionante 5-1. Ya se sabe, el fútbol es un deporte en el que juegan dos equipos y siempre ganan los alemanes. Salvo que enfrente esté el Forest. Clough sorprendió una vez más a todos sacando de titular al jovencísimo Gary Mills de 18 años en sustitución de Francis. El Forest realizó un partido muy serio y supo mantener a la perfección la renta lograda con el gol de Robertson a los 21 minutos, Shilton fue decisivo con algunas grandes paradas. En la segunda mitad del partido un contraataque le dio a Gary Birtles, el instalador de moquetas, la oportunidad de sentenciar. Pero se dejó el balón atrás en el césped irregular del Bernabéu y el Forest tuvo que sufrir el último asalto alemán.

El Nottingham Forest volvía a proclamarse campeón de Europa con la siguiente alineación; Peter Shilton, Viv Anderson, Larry Lloyd, Kenny Burns, Frank Gray, Martin O'Neill, John McGovern, Ian Bowyer, John Robertson, Gary Mills y Garry Birtles. Suplentes utilizados: Bryn Gunn, John O'Hare.



Y con ello unió su nombre para siempre al de la ciudad de Madrid y a España. Para nosotros, los #SpanishReds, es un honor haber tenido un pedacito de la historia de nuestro equipo tan cerca de casa. Además nos ha permitido colaborar en este pequeño homenaje al 40 aniversario de aquella segunda Copa de Europa. Desde España mandamos un cariñoso saludo para todos los seguidores del Forest que hoy estén recordando de Madrid y aquella final. Ojalá podamos vernos pronto en City Ground celebrando más alegrías del Forest. Si queréis participar, usamos el hashtag #SpanishReds en Twitter.
Los #SpanishReds son un grupo de seguidores españoles del Forest que han formado una peña no oficial tras irse conociendo en las redes sociales desde 2008. Contamos además con un “español” de Southampton al que hemos adoptado. 
Han colaborado en la redacción @cityground74, @tomvvardle, @tote_alkor, @samutmb, @forestlive y @Jose_J95. Now, Then, Forever. Forest. C’mon you Reds!


martes, 5 de mayo de 2020

Historias del Forest: El ascenso a la Premier de 1994 (Año 1 después de Clough)


El descenso de 1993 fue un shock para el Nottingham Forest, supuso un final traumático para la época dorada de Brian Clough y el club volvía a la Segunda división inglesa diecisiete años después, además un descenso que solo un año anterior era casi impensable tras varios años ganando incluso títulos y con buenas clasificaciones en Liga.

Para afrontar el reto de volver a la Premier lo antes posible y sustituir a una leyenda como Clough, el Forest eligió como manager a Frank Clark antiguo miembro del equipo campeón de Europa de 1979. Clark tenía varios años de experiencia como manager en el Leyton Orient pero sin resultados excesivamente llamativos.

Con el descenso el Forest perdió a dos de sus mejores jugadores; Roy Keane fue traspasado al Manchester United y Nigel Clough al Liverpool. Pero pudo mantener a otros jugadores de gran nivel como Steve Chettle, Scott Gemmill, Steve Stone, Ian Woan y sobre todo al gran capitán Stuart Pearce que a pesar de ser un fijo en la selección inglesa no abandonó al Forest en el descenso. Además con las muchas libras obtenidas por los traspasos pudo hacer varios fichajes como los delanteros Jason Lee y Stan Collymore ambos procedentes del Southend, el medio galés David Phillips (Norwich) el defensa Colin Cooper del Millwall y los internacionales noruegos Alf-Inge Haaland (padre del delantero de moda del Borussia Dortmund) y Lars Bohinen.

Así que la plantilla era a priori de garantías para pelear el ascenso a la Premier pero la temporada comenzó fatal, en la jornada 14 el Forest solo había ganado cuatro partidos y estaba bastante lejos de los puestos de ascenso y play-off. Pero una victoria en noviembre por 0-3 en Birmingham fue el punto de inflexión de la temporada para el Forest que encadenó trece partidos sin perder que le permitió escalar posiciones en la tabla. En febrero llegó otro bache sumando solo un punto en tres partidos, incluida una dolorosa derrota por 2-1 ante el Notts County en el derbi local. Pero el equipo se repuso firmando un final de temporada casi perfecto, con solo una derrota (en Portsmouth) en los últimos dieciséis partidos.

Tras vencer por 0-2 al Derby County con goles de Cooper y Stone, el Forest viajaba a Peterborough para afrontar el primer match-ball para lograr el ascenso a falta de tres jornadas para el final. London Road parecía un pequeño City Ground, el Peterborough era el colista y estaba descendido. Todo parecía de cara pero el partido comienza de manera horrible para el Forest que pierde 2-0 a los quince minutos, pero dos goles de Collymore y otro de Pearce dan la vuelta al marcador para conseguir el ascenso matemático a la Premier.

El Forest terminó segundo en la clasificación tras el Crystal Palace y logro a la primera el retorno a la Premier. Stan Collymore fue el máximo goleador de la temporada con 25 goles y un jugador clave para lograr el ascenso, se mostró imparable con su velocidad y potencia para las defensas de la First Division. Aunque el premio de mejor jugador de la temporada recayó en David Phillips que estuvo a un nivel esplendido durante todo el curso.

Con la misma base de jugadores del ascenso más el fichaje del holandés Brian Roy, el Forest terminaría tercero en la Premier la temporada siguiente, pero esa es otra historia.

Resumen de la temporada 1993/94