Y Majewski perdió un balón

El Leicester City derrotó (2-3) al Nottingham Forest en el decisivo encuentro de la última jornada del Championship que ambos disputaron en City Ground. Un gol en el tiempo de descuento del francés Knockaert dio la victoria, y un puesto en las eliminatorias por el ascenso, a los visitantes. Posiblemente, si tomamos el partido en su conjunto, el resultado sea justo, pero no por ello fue más descorazonador. Con el Forest volcado sobre la portería de Kasper Schmeichel, la afición del City Ground vibraba como hacía tiempo que no lo hacía. Pero un pase errado de Majewski dio pie a una contra mortal del Leicester, una internada rápida, eléctrica y una jugada que acabó con los ánimos del equipo y de los seguidores. No habrá ascenso esta temporada, pero la mejoría del equipo tras el desastre del año pasado invita al optimismo siempre y cuando se hagan las cosas bien en verano.

El partido empezó de manera inmejorable para el Forest, con un gol de Simon Cox tan sólo a los tres minutos y las noticias de la derrota del Bolton ante el Blackpool, pero acabó en tragedia merced a un Leicester muy peligroso que nunca se rindió. Los visitantes sufrieron, pero su velocidad y su colocación dieron problemas toda la tarde a los locales. De hecho, el mejor del Forest en los noventa minutos fue su portero. El joven Karl Darlow demostró en este último partido de la temporada que es un seguro y que, en esa posición, no se necesitan refuerzos. Darlow es alto, fuerte, un portero físico perfecto para el Championship. Sale bien y da sensación de seguridad en los balones cruzados. Pero este sábado, además, dio un recital de paradas de reflejos. Con el pie, con la mano, incluso con la cara. Chris Wood aún debe estar soñando con él.  

Pasado el asalto inicial del Forest, el Leicester dominó la primera parte. Nuggent, de manera inteligente, presionó a Guedioura y recuperó un balón tras otro para armar el ataque. Con dos extremos veloces como centellas, la defensa del Forest sufrió de lo lindo. Un gol de James, de rebote, y otro de Andy King dieron la vuelta al partido justo antes del descanso.

En la segunda parte las cosas cambiaron. El Forest, con un gol de Ward de cabeza nada más empezar, encontró en McGugan la clave para montar un ataque más controlado. Fueron momentos de zozobra para los visitantes, que tuvieron que recular hasta la frontal del área de Schmeichel. Pero aún estaban vivos. Y con las noticias que llegaban de Bolton, un gol para cualquiera de los dos equipos supondría jugar las eliminatorias de ascenso. Fue entonces cuando la cabeza dejó paso al corazón. Los dos equipos se lanzaron al ataque, como si de un partido de copa se tratase. No importaba perder porque había mucho que ganar.

Y fue precisamente en ese frenesí, que iba de un lado al otro, cuando Majewski perdió un balón. El pase iba hacia Lansbury, pero lo cortó Schlupp. De repente, cuatro camisetas azules se encontraron avanzando, al toque de corneta de Knockaert, hacia el área de Darlow. Danny Collins, el único defensor del fuerte, poco pudo hacer. Poco le faltó a Darlow para ser aún más héroe en una tarde en la que ya había dejado claro su nivel. El joven portero salió al encuentro de Wood y le cerró el hueco. El neozelandés se quedó sin espacio, pero Darlow tropezó y ya, ahí, se acabó todo. Un pase de la muerte fácil, sencillo, casi a cámara lenta, que se hundió  poco a poco en los corazones de los seguidores del Forest.