El Forest se encasquilla en la mediocridad

El Nottingham Forest no consiguió pasar del empate sin goles en el partido de Championship que disputó contra el Ipswich Town en City Ground este sábado. A pesar de que Simon Cox dispuso de las dos ocasiones más claras del encuentro el empate es un buen reflejo del nivel actual del Forest, que cae así al séptimo puesto de la posición de la segunda división inglesa. 

Mermado por las bajas en la defensa y en la zona de creación, el nivel de juego del Nottingham Forest se ha estancado de manera alarmante. Con la plantilla que tiene y gracias a puntuales momentos de brillantez el equipo es capaz de ir sacando algún que otro partido. No estamos hablando de un conjunto que deba temer por caer en la zona baja de la tabla, desde luego, sino más bien de una falta de frescura, calidad y brillantez que no permiten pensar en un asalto a los cuatro primeros puestos del campeonato. El Forest está sin ideas. Juega a ráfagas, con rachas brillantes que duran una docena de minutos y dan luego paso a una mediocridad alarmante. Son ya varios los partidos, sobre todo en casa, que el equipo se pierde ante defensas bien colocadas. Con presionar un poco la salida del balón del Forest y colocar una línea de cuatro en la frontal los rivales saben que poco a poco los hombres de Davies pierden la confianza. 

Hay poco movimiento en el equipo y algunos jugadores, como Chalobah, parecen esconderse. La joven promesa del Chelsea llegó a orillas del Trent dando mucho que hablar. Su temporada en el Watford así lo justificaba. Pero en Nottingham no se ha visto el jugador que puede llegar a ser. Apocado, Chalobah se escondió una y otra vez entre los centrocampistas del Ipswich. Rara vez se ofreció como solución a sus compañeros y cuando lo hizo casi siempre optó por lo fácil, el pase atrás al central de nuevo. El Forest necesita más rapidez, más frescura. Los jugadores deben ofrecerse más a sus compañeros para sacar el balón jugado con presteza. Una vez más fueron Andy Reid y Henry Lansbury quienes más lo intentaron. Quizás Abdoun, pero su buen primer tiempo se diluyó tras el descanso. El inglés puso el empuje y el apoyo en la salida del balón, mientras que el irlandés fue el autor de los dos centros que culminaron en claras ocasiones de gol. Pero esta vez Cox, en clara batalla por el Falso 9 de Oro, encontró primero el poste y luego la cara del portero rival.

Cierto es que si el delantero irlandés hubiese acertado con la portería el Forest se habría llevado el partido sin problemas. Porque el Ipswich aportó muy poco. Los ‘tractor boys’ son un equipo incómodo de jugar, pero no ofensivo. El Ipswich es un equipo áspero, duro, antipático. Como el papel de lija. Va mermando al rival poco a poco, pasada a pasada, como la lija elimina la pintura en la madera. Sus dos centrales, Berra y Smith, estuvieron excelsos toda la tarde. Se comieron a Cox y Mackie, lo que quizás lleva a pensar que el Forest tendría que haber jugado con Henderson. Al menos el corpulento delantero hubiese dado más problemas con su estatura y su fuerza a la defensa del Ipswich.

Así las cosas, lo descorazonador es que el Forest casi acabó pidiendo la hora, cuando en otros tiempos con Davies el equipo se volcaba asediando al rival para intentar conseguir la victoria. Un hombre no hace un equipo, pero desde que se marchó Guedioura el Forest no ha sido el mismo. Le falta la energía y los recursos que ofrecía el argelino. Y le falta sobre todo frescura, ideas y confianza. El equipo ha llegado a un nivel medio en el que no requiere excesivos esfuerzos para ganar algunos partidos. Como los estudiantes vagos, el equipo parece incapaz de esforzarse para dar el salto al siguiente nivel. No puede hablarse ya de partidos sueltos, sino de una tendencia que hay que romper cuanto antes si se quiere aspirar al ascenso.