El Nottingham Forest se acercó un poco más al pozo de la League 1, el tercer nivel del fútbol inglés, tras ser derrotado con extrema facilidad (0-2) por un Burnley que no demostró casi nada. Dos subidas del lateral derecho Trippier, ganándole la espalda a los despistados Anderson y Moloney, un par de balones colgados y sendos cabezazos del joven Jay Rodríguez. No le hizo falta más al Burnley para llevarse los tres puntos. Y aquí podría acabarse también la crónica, porque el Forest expuso prácticamente nada.
Los bicampeones de Europa, con esta derrota, se sitúan ya penúltimos en la clasificación de Championship y su juego no da excesivas esperanzas para soñar con la salvación. En las horas previas al partido las oficinas del Forest estuvieron ocupadas despachando jugadores (Morgan y Bamford) y consiguiendo cesiones. El joven argelino Guedioura llegó el lunes y fue alineado directamente de titular. La otra sorpresa de Cotterill fue la alineación del joven Jamal Lascelles. El prometedor defensa central, internacional con Inglaterra pero aún juvenil, formó la pareja de centrales junto a Lynch. No se le puede acusar, puesto que no estuvo peor que el resto del equipo, pero tampoco se puede ignorar que Lascelles dejó sin marca a Jay Rodríguez para que el delantero del Burnley cabecease a placer ambos goles. Su compañero en el centro de la zaga, Joel Lynch, fue quizás el mejor del Forest junto a Guedioura. El argelino dio muestras de ser un centrocampista fuerte, pero no exento de técnica. Fue de los pocos que se ofrecieron para jugar el balón y suya fue una de las mejores ocasiones del Forest, con un disparo desde la frontal que desvió Grant.
Y es que el Forest volvió a mostrar los mismos problemas. Líneas separadas, equipo desordenado, escasa calidad y tan sólo un jugador por delante del balón. Cotterill dispuso a los suyos en un 4-2-3-1, con Guedioura y Moussi en el doble pivote. A la hora de presionar el equipo se transformaba en un 4-1-4-1, con Moussi cayendo justo por delante de los centrales y Guedioura y McGugan en la medular, justo tras un indolente Miller. Esa era la teoría, pero en la práctica el equipo quedó partido con la defensa muy atrás, casi nadie en la medular y Miller extremadamente sólo en ataque. Por mucho que hubiesen practicado en los últimos 9 días, en tan sólo dos minutos todo se vino abajo cuando Rodríguez adelantó al Burnley. Muchos espectadores aún no se habían sentado y el equipo ya estaba perdiendo.
El Forest se sobrepuso y dio una imagen ligeramente mejorada. Presionó como pudo y forzó varios saques de esquina. Miller tuvo una buena oportunidad en un balón en profundidad servido por McGugan, pero fue demasiado lento y un defensa sacó su disparo. El propio Miller, de nuevo, consiguió mandar fuera un cabezazo a la salida de un saque de esquina cuando lo ms fácil era dirigirlo entre los tres palos. El ex delantero del West Brom estuvo lento, fallón e indolente. Ganó alguno de los muchos pelotazos que le enviaron, pero no tenía a nadie para recoger el rechace. De no mejorar, Miller debería ser claramente suplente y Tudgay el delantero titular.
Se llegó al descanso con la victoria de los visitantes, que demostraron muy poco. Pero es que el Forest rara vez encadenó más de tres pases. Si al principio de esta mala racha Cotterill podía escudarse en el buen juego y los fallos cara a puerta, ese discurso ya no sirve porque el fútbol de los suyos es paupérrimo, casi inexistente. La segunda disculpa favorita de Cotterill son las lesiones, que aún sufrió ayer, y la corta plantilla. Pues ahora ya se van recuperando jugadores, Miller por ejemplo, y la directiva le ha dado lo que nunca consiguió Billy Davies: tres jugadores en el período de fichajes de invierno. Por si eso fuera poco, ya tiene uno de los suyos como ayudante, Sean O'Driscoll. Ya no hay excusas, la responsabilidad empieza a apuntar al banquillo, y el juego del equipo es pobre. No hay automatismos, no hay orden. ¡No hay ni un solo gol en casa desde noviembre! Los jugadores, abrumados, no saben qué hacer y no quieren responsabilidad alguna sobre el césped.
En la segunda parte se vio mejor que nunca. Tan sólo Guedioura, y a veces McGugan, se ofrecieron. Hasta en una decena de ocasiones tuvo que ser Lynch, el central, quien sacara el balón jugado vista la falta de apoyos. Y entonces se repitio la historia. Subida del lateral, despiste de Moloney, centro, cabezazo. Resultado, el mismo: gol. Y final del partido. Tras el segundo tanto de Jay Rodríguez el Forest desapareció y el público empezó a marcharse a casa. Cuando llegó el pitido final quedarían, como mucho 10.000 espectadores en City Ground.
El Nottingham Forest se marcha, poco a poco pero sin freno, a League 1. La situación económica es mala, pero la deportiva es aún peor. El juego es plano, sin calidad, y el entrenador no parece encontrar la solución. Aún hay que jugar dieciocho partidos, pero mucho tiene que mejorar el equipo para evitar el descenso.
Los bicampeones de Europa, con esta derrota, se sitúan ya penúltimos en la clasificación de Championship y su juego no da excesivas esperanzas para soñar con la salvación. En las horas previas al partido las oficinas del Forest estuvieron ocupadas despachando jugadores (Morgan y Bamford) y consiguiendo cesiones. El joven argelino Guedioura llegó el lunes y fue alineado directamente de titular. La otra sorpresa de Cotterill fue la alineación del joven Jamal Lascelles. El prometedor defensa central, internacional con Inglaterra pero aún juvenil, formó la pareja de centrales junto a Lynch. No se le puede acusar, puesto que no estuvo peor que el resto del equipo, pero tampoco se puede ignorar que Lascelles dejó sin marca a Jay Rodríguez para que el delantero del Burnley cabecease a placer ambos goles. Su compañero en el centro de la zaga, Joel Lynch, fue quizás el mejor del Forest junto a Guedioura. El argelino dio muestras de ser un centrocampista fuerte, pero no exento de técnica. Fue de los pocos que se ofrecieron para jugar el balón y suya fue una de las mejores ocasiones del Forest, con un disparo desde la frontal que desvió Grant.
Y es que el Forest volvió a mostrar los mismos problemas. Líneas separadas, equipo desordenado, escasa calidad y tan sólo un jugador por delante del balón. Cotterill dispuso a los suyos en un 4-2-3-1, con Guedioura y Moussi en el doble pivote. A la hora de presionar el equipo se transformaba en un 4-1-4-1, con Moussi cayendo justo por delante de los centrales y Guedioura y McGugan en la medular, justo tras un indolente Miller. Esa era la teoría, pero en la práctica el equipo quedó partido con la defensa muy atrás, casi nadie en la medular y Miller extremadamente sólo en ataque. Por mucho que hubiesen practicado en los últimos 9 días, en tan sólo dos minutos todo se vino abajo cuando Rodríguez adelantó al Burnley. Muchos espectadores aún no se habían sentado y el equipo ya estaba perdiendo.
El Forest se sobrepuso y dio una imagen ligeramente mejorada. Presionó como pudo y forzó varios saques de esquina. Miller tuvo una buena oportunidad en un balón en profundidad servido por McGugan, pero fue demasiado lento y un defensa sacó su disparo. El propio Miller, de nuevo, consiguió mandar fuera un cabezazo a la salida de un saque de esquina cuando lo ms fácil era dirigirlo entre los tres palos. El ex delantero del West Brom estuvo lento, fallón e indolente. Ganó alguno de los muchos pelotazos que le enviaron, pero no tenía a nadie para recoger el rechace. De no mejorar, Miller debería ser claramente suplente y Tudgay el delantero titular.
Se llegó al descanso con la victoria de los visitantes, que demostraron muy poco. Pero es que el Forest rara vez encadenó más de tres pases. Si al principio de esta mala racha Cotterill podía escudarse en el buen juego y los fallos cara a puerta, ese discurso ya no sirve porque el fútbol de los suyos es paupérrimo, casi inexistente. La segunda disculpa favorita de Cotterill son las lesiones, que aún sufrió ayer, y la corta plantilla. Pues ahora ya se van recuperando jugadores, Miller por ejemplo, y la directiva le ha dado lo que nunca consiguió Billy Davies: tres jugadores en el período de fichajes de invierno. Por si eso fuera poco, ya tiene uno de los suyos como ayudante, Sean O'Driscoll. Ya no hay excusas, la responsabilidad empieza a apuntar al banquillo, y el juego del equipo es pobre. No hay automatismos, no hay orden. ¡No hay ni un solo gol en casa desde noviembre! Los jugadores, abrumados, no saben qué hacer y no quieren responsabilidad alguna sobre el césped.
En la segunda parte se vio mejor que nunca. Tan sólo Guedioura, y a veces McGugan, se ofrecieron. Hasta en una decena de ocasiones tuvo que ser Lynch, el central, quien sacara el balón jugado vista la falta de apoyos. Y entonces se repitio la historia. Subida del lateral, despiste de Moloney, centro, cabezazo. Resultado, el mismo: gol. Y final del partido. Tras el segundo tanto de Jay Rodríguez el Forest desapareció y el público empezó a marcharse a casa. Cuando llegó el pitido final quedarían, como mucho 10.000 espectadores en City Ground.
El Nottingham Forest se marcha, poco a poco pero sin freno, a League 1. La situación económica es mala, pero la deportiva es aún peor. El juego es plano, sin calidad, y el entrenador no parece encontrar la solución. Aún hay que jugar dieciocho partidos, pero mucho tiene que mejorar el equipo para evitar el descenso.
1 comentario:
La crónica es por supuesto de BG (@forestlive).
Nueva decepción, lo peor es que cada vez jugamos peor y damos una sensación de equipo en caída libre.
No se si los nuevos fichajes van a ser suficientes, pueden aportar más seguridad defensiva pero los males ofensivos siguen allí.
Miller no esta dando lo que se esperaba cuando ficho.
Lascelles esta blando en los dos goles pero tampoco se le puede exigir como al resto, le falta experiencia pero tiene muy buena pinta de central.
Y el domingo contra el Derby, puede ser la defunción o la resurrección.
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