El vendedor de sandías

El Nottingham Forest se impuso (3-2) al Barnsley en el partido de Championship que ambos equipos disputaron en City Ground. Un gol de Darius Henderson a cinco minutos del final dio la victoria a los locales, que se adelantaron dos veces con sendos tantos de Cox y Etuhu (en propia puerta) pero vieron como los visitantes empataron ambas ocasiones gracias a O’Grady (de penalti) y Cywka.

Tras el parón internacional, y con la plantilla al completo, en Nottingham Forest afrontaba, sin embargo, la vuelta a la competición liguera con una baja importante. El mediocentro argelino, Adlene Guedioura, pieza clave por delante de la defensa, fue vendido al Crystal Palace y Billy Davies tenía varias opciones para sustituirlo. Finalmente el técnico escocés se decidió por la opción más racional, aunque no necesariamente la mejor. El elegido fue el Guy Moussi. Y la figura del mediocentro francés, ese voluntarioso futbolista que recibe balones y devuelve sandías o calabazas, fue la metáfora perfecta del partido del Forest. Mientras no se exigió a Moussi, todo fue sobre ruedas. En cuanto tuvo que intervenir, la cosa se torció. El otro protagonista fue Mike Pollit, el portero del Barnsley que lo paró casi todo, tomando así el relevo de Luke Steele para tormento de los delanteros del Forest. Pollit le sacó un mano a mano a Mackie, un remate cruzado a Majewski y una falta que iba dirigida a la escuadra a Andy Reid.

Pero volvamos con Moussi, el hombre que susurraba a las sandías. Su desgarbada figura cobra vida cuando recibe el balón. Se le ve tan poco cómodo cuando le llega un pase que podría ser hasta gracioso, si no fuera porque la mayoría de las veces se lo entrega al rival o lo devuelve con un toque que no es precisamente sutil. Voluntad y esfuerzo, desde luego, no le falta. Moussi pone ganas, trabajo y velocidad. Por correr no será. De hecho suele pasarse de frenada, como cuando arrolló a Perkins en el área medio minuto después de que Cox pusiera por delante al Forest. El resultado, penalti para el Barnsley y empate en el marcador. O como cuando cometió la falta que dio lugar al segundo gol del Barnsley, una falta magistralmente lanzada por Cywka desde unos 30 metros. Moussi fue protagonista, para lo bueno y para lo malo.

Si algo quedó claro en el partido es que el Forest tiene una buena defensa y un excelente juego de media puntas, pero le falta por apuntalar la delantera y encontrar un mediocentro de garantías. Por muy mal que esté el equipo, cuando Reid, Majewski y Cox combinan saltan chispas. Esa velocidad y esos pases son los que busca Davies para desarbolar a los rivales. Mención aparte merece Chris Cohen, de nuevo uno de los mejores del equipo. Cada vez más cómodo en su papel de capitán, Cohen lidera con el ejemplo de su trabajo y su entusiasmo. Si Moussi fue el barómetro de lo que ocurrió en el partido, Cohen es la imagen perfecta de lo que este Forest puede llegar a ser: trabajo, ganas y calidad.

Al final, con todos los problemas, un cabezazo de Henderson rescató el partido y encaramó al Forest a la tercera posición de la tabla. Este año el equipo tiene una profundidad en el banquillo de la que carecía en el pasado, y prueba de ello es que la entrada de Henderson y Abdoun fue clave en el resultado final.