El Nottingham Forest derrotó con sorprendente contundencia (3-1) al Millwall en The City Ground gracias a los goles de McLeary y Higginbotham en la primera parte y un tercero de Andy Reid mediado el segundo tiempo. Con esta victoria los hombres de Steve Cotterill escalan un poco más en la clasificación y se alejan del descenso a League 1, con el que les separan ya cinco puntos. El partido fue, sin embargo, bastante más complicado de lo que el resultado pueda sugerir, con un Milwall que creó bastante peligro, sobre todo por las bandas y que se topó dos veces con los palos en la primera parte. Una nada más comenzar el encuentro, en un pobre despeje de Cunningham que quedó a merced James Henry. Si su disparo, desde unos diez metros, hubiese ido un palmo más a la derecha, la historia del partido hubiese sido muy diferente, con un Forest por detrás en el marcador desde el inicio y, seguramente, la grada protestando.
Pero el fútbol, que es un deporte de velocidad y de cierta fuerza, también requiere precisión y calidad. La que le faltó a James Henry y, sin embargo si tuvo Andy Reid. El interior zurdo irlandés no anda sobrado de resistencia física. Su figura, oronda de por sí, cobra tintes ligeramente cómicos al verlo correr con unos pantalones un par de tallas más grandes de lo necesario, que le llegan casi a las rodillas. Pero cuando el balón entra en contacto con el pie izquierdo de Reid se encuentra a gusto. Es como si tras sentirse maltratado por minutos y minutos de puntapiés violentos y despejes largos, el esférico encontrase en la zurda del irlandés un remanso de paz. Se amolda perfectamente a su interior y su exterior, le obedece sin rechistar. Reid, además, tiene la experiencia necesaria para templar los nervios y tomar la mejor decisión en cada momento. Desde la posición del interior zurdo en el 4-4-2 que dispuso Cotterill, con McLeary en la banda contraria, Reid supo gobernar el partido, aunque le costó poner pausa a la excesiva tendencia de sus compañeros a rifar el balón.
Tras la derrota ante el Doncaster, había dudas si el Forest podría con un equipo físico como el Milwall. Desde el inicio se vivió un partido igualado, sin excesiva calidad pero emocionante. El Forest y el Milwall se alternaron en el dominio, incapaces de mantener el mando del partido por más de un cuarto de hora cada uno. En ese intercambio de golpes, el acierto en el remate y la calidad de Reid, McLeary y Gunter en las bandas fue lo que decantó el partido. En los primeros minutos de juego, una incursión del joven lateral galés acabó con un balón medido a la frontal del área, que remató McLeary. El disparo iba directo a las manos de Forde, pero allí apareció Reid para desviarlo ligeramente. Batido el cancerbero del Milwall, el balón salió fuera por poco. Minutos después, los papeles se cambiaron. Reid recuperó un balón en la izquierda, se deshizo de su marcador y mandó un centro medido al segundo palo. Con la defensa del Milwall basculando hacia su derecha, de repente apareció desde la izquierda McLeary, sin marcaje, quien cabeceó a la red para abrir el marcador.
El segundo tanto del Forest, cerca del descanso, tuvo de nuevo sabor irlandés, como la final del Mundial de Quidditch. Los de Nottingham ganaron una falta cercana a la frontal del área. Ante el balón se alinearon Guedioura, que podía disparar raso y fuerte con la derecha, o Reid que debería levantar el balón por encima de la barrera con la zurda. Sin embargo, cuando todos esperaban el lanzamiento directo, Reid colgó el balón a la altura del punto de penalti. Un sutil toque de cabeza desvió el esférico hacia el segundo palo, donde Danny Higginbotham tuvo tiempo de sobra para armar una volea que cruzó el balón fuera del alcance de Forde. Y así, casi de manera sorprendente, el Forest se marchó al descanso con dos goles de ventaja. El Milwall tuvo sus oportunidades. Jugó de manera correcta y no le perdió la cara al partido, pero falló sus ocasiones y por una vez el Forest acertó ante la portería contraria.
En la segunda parte se mantuvo la misma tónica. Ambos equipos alternaron el dominio, sin que ninguno llegase a ser realmente superior al otro. En realidad tanto el Forest como el Milwall demostraron que están en la parte baja de la categoría por méritos propios. Si bien los dos tienen calidad en ataque, sus defensas dejan mucho que desear. En el caso del Forest, se vio con claridad una vez más cuando a la zaga sólo le faltó ponerle una alfombra roja a Josh Wright para que chutara a placer desde la frontal del área. Como viene siendo habitual esta temporada, nadie salió a cubrir a Wright cuando recogió el balón en la medular y el centrocampista del Milwall tuvo todo el tiempo del mundo para leerse la colección completa de Harry Potter y disparar a portería. Todo sea dicho, en el último segundo un defensa del Forest consiguió estirar la pierna con tan mala suerte que en vez de cortar el tiro lo envenenó, elevándose por encima de Camp. El poste impidió el gol de Wright, pero Darius Henderson, el más listo de la clase, cabeceó el rebote acortando distancias para los visitantes.
El gol dio algo de fuerzas al Milwall, que desarboló durante unos minutos al Forest. Pero entonces apareció de nuevo Reid. Se le veía cansado, no le llegaba el aire, pero el irlandés siguió dándolo todo por el equipo. Corría a defender como el que más y, cuando pudo, le puso pausa al ataque para serenar los nervios de sus compañeros. En un balón largo que consiguió domar con la zurda, avanzó hacia el área buscando el último pase para habilitar a un delantero. Tenía tres compañeros por delante, cosa rara en un Forest que casi no incorpora efectivos por delante del balón, pero todos en fuera de juego. Reid regateó un rival y esperó unos segundos, y seguían en fuera de juego. Adelantó unos metros hacia el área, pero aún las tres camisetas rojas estaban en posición antirreglamentaria. Así que ante este panorama, Reid vio a Forde ligeramente adelantado, en la frontal del área chica. Dada la falta de ayuda, decidió jugársela él solo con un delicioso disparo desde unos 25 metros. El balón, teledirigido, obedeció con mimo las órdenes de la zurda de oro del irlandés y voló hasta colarse en la portería ante la impotente estirada de Forde. Merecidísimo gol de Andy Reid, que supo poner la pausa y la calidad a un partido de nervios y urgencias.
Ya con la victoria en el bolsillo, Andy Reid fue sustituido por Lynch y recibió una merecida y atronadora ovación del público de Nottingham, que por fin tuvo razones para disfrutar. Y es que ya se sabe que de Irlanda suelen salir buenos productos: la Guinness, el güisqui, algunos dirían que U2 y, por supuesto, la pierna izquierda de Andy Reid.
2 comentarios:
Gran crónica de BG, un lujo tenerlo colaborando en el blog.
Gran partido de Reid, que esta claro si tuviera más físico aún estaría en la Premier, mucha calidad en su zurda, un lujo para el Forest.
Esta noche nos toca visitar al Derby, partido muy especial, de ganar daríamos un gran salto para la permanencia, además del subidón de ganar al gran rival.
También pendientes del Doncaster-Reading, a ver si el Reading sigue en su linea imparable ante un Doncaster que ha mejorado bastante y puede ser peligroso en el final de liga.
Me hago seguidor tuyo,hazte tu tambien si quieres del mio y asi nos seguimos.
Un saludo desde fiebredepromesas.blogspot.com
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