El Nottingham Forest rescató un empate (2-2) en los
últimos minutos de su partido ante el Birmingham City en ‘The City Ground’
gracias a los goles de Simon Cox y Dan Harding, que igualaron los tantos de
Mullins y Marlon King que habían adelantado a los visitantes. Un valioso punto
para los hombres de Sean O’Driscoll, que se vieron con el agua al cuello cuando
el Birmingham se adelantó por segunda vez en el marcador a falta tan sólo de un
cuarto de hora para el final.
El partido fue igualado, como refleja el marcador
final, y los dos goles de ventaja con que se situaron los visitantes hubiesen
sido demasiado castigo para el Forest, pero como dice el viejo adagio
futbolístico: Los goles no se merecen, los goles se marcan.
Se presentaba el Forest repleto de moral tras su buen
inicio liguero. La única baja, la del delantero irlandés Simon Cox, fue suplida
por Billy Sharp. El resto del equipo, los mismos hombres que derrotaron al
Charlton, incluyendo a Hutchinson en el lateral derecho y Halford en el lateral
izquierdo, por lo que Dan Harding volvió a ser suplente.
Lee Clark, el buen y joven entrenador del Birmingham,
demostró ser un brillante estratega. Hizo claramente sus deberes y dispuso un
equipo físico y con mucha presencia en la medular, por delante de su línea de
cuatro defensas. Spector y Mullins constituyeron un doble pivote que poco a
poco interrumpió el juego de pase del Forest y partió al equipo local en dos.
El Forest se vio incómodo, no encontró un ritmo de pase, posiblemente debido a
la falta de forma de Guedioura y a los escasos movimientos de los delanteros.
Andy Reid y McGugan sostuvieron al equipo generando ocasiones a balón parado.
Cierto es que el Forest posiblemente mereció irse ganando al descanso, pero la
primera parte fue bastante igualada y Camp también tuvo que emplearse a fondo
para sacar un par de remates de Marlon King.
Así pues, el partido fue un verdadero duelo de
estilos. Uno más para el eterno debate de si es mejor la posesión o el fútbol
directo, si juega mejor Arsene Wenger o Tony Pulis. Y en esta tarde soleada a
orillas del Trent, al final acabó triunfando el fútbol más rápido directo. En la segunda parte, todo parecía
seguir igual hasta que Sean O’Driscoll empezó a cambiar jugadores. El primero,
Simon Cox por Blackstock. La entrada del irlandés cambió la dinámica del
Forest. Cox es un jugador con mucha mayor movilidad. Mientras que Blackstock
retrocede desde la delantera para ganar balones de cabeza, Cox exige mucho más
a los centrales. Se mueve sin parar, amaga diagonales y pide el balón a la
espalda de los centrales. Con la entrada de Cox el Forest se estiró más y la
defensa del Birmingham se vio exigida por primera vez. Los centrales ya no lo
tenían tan fácil y debían retroceder, no se podían juntar tanto con Mullins y
Spector. Por el contrario, el Forest perdió también seguridad defensiva, porque
había más huecos en el centro del campo. Y por ahí llegaron los dos goles del
Birmingham. En realidad fueron generados por dos fallos individuales. Uno de
Ayala, que midió mal un salto de cabeza y le regaló el balón a King, y otro de
Andy Reid, que perdió el balón casi en la frontal del área.
Casi sin saber cómo, la pegada del Birmingham dejó
medio noqueado al Forest. Pero entonces apareció McGugan, recuperó el balón y
avanzó unos metros. El canterano del Forest vio como Simon Cox le marcaba otra
diagonal a la espalda de Pablo Ibáñez, que nunca será el más rápido, y puso un
delicioso centro a la espalda de los defensas. Si el centro fue bueno, el
control del irlandés aún lo fue más. Con la derecha pinchó el balón, lo dejó
pegado a la bota, y con un segundo toque sutil lo elevó por encima de Butland
para dar esperanzas al público local.
El gol de Cox animó al público y a sus compañeros. El
Forest se lanzó con furia a por la igualada. Sean O’Driscoll se lo jugó todo y
con los cambios reestructuró al equipo, que pasó a jugar un 3-5-2. Esta
versatilidad, esta posibilidad de cambiar el equipo de tal manera con los
jugadores del banquillo es algo que no existía la temporada pasada. La decisión
de dar entrada a Harding fue clave, porque Halford pasó a la banda derecha y el
Forest por fin ensanchó el campo. Y por ahí llegó la igualada. Halford se
internó por el carril derecho, su balón colgado lo tocó Pablo con la coronilla
hacia el segundo palo, donde apreció Harding para rematar cruzado e igualar el
partido.
Aún tuvo tiempo el Forest de ganar el partido. Billy
Sharp, ese tipo gordo de Sheffield que no estuvo del todo acertado durante los
90 minutos cazó una en el 92. Es lo que tienen los delanteros de instinto,
parecen ausentes y, de repente, aparecen para marcar. Su remate de cabeza se
fue rozando el travesaño esta vez, pero le faltó poco. Hubiese sido el colofón
a un buen partido del Forest, pero en el balance de todo el partido
posiblemente el empate sea justo. El Birmingham es un muy buen equipo, supo lo
que tenía que hacer y su plan casi le sale a la perfección. Sólo lo evitaron la
versatilidad de la nueva plantilla del Forest, las ganas del equipo para jugar
más directo e ir a por el partido y una genialidad, en dos toques, de Simon
Cox.
Crónica de @forestlive, el gran BG.
2 comentarios:
Y ahora a por el Palace, a ver si llegamos sin perder a Ellan Road!
Genial el gol del Cox, y buena remontada final del Forest.
Es bueno que el equipo pueda jugar con diferentes estilos, nos hace mucho menos previsibles.
Preocupa el bajo estado de forma de Guedioura, un jugador clave en el mediocampo. McGugan parece en gran momento, y Cox a pesar de ser duda sigue siendo clave.
Mañana contra el Palace, a seguir en el buen camino.
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