Este sábado, cuando el Nottingham Forest derrotó
(3-1) al líder del Championship, el Cardiff City, en City Ground, un hueco
pintado de rojo se mantuvo durante los noventa minutos en la tribuna Brian
Clough. En la fila 21, el asiento 96 estaba vacío. El ocupante del asiento 96
vivió por y para el Forest toda su vida. Animó a los Reds desde el Trent End
cuando no era más que una grada de pie. Viajó en coche días y noches desde las
Midlands hasta Múnich para ver a Trevor Francis marcar de cabeza en el Estadio
Olímpico y a John McGovern levantar la Copa de Europa. Se desplazó, esta vez en
avión, a Madrid para celebrar el disparo raso de John Robertson que perforó la
meta del Hamburgo. Vivió también el dolor del descenso a League 1, o el de la
fallida eliminatoria contra el Yeovil. Con su contagioso optimismo, transmitió
su pasión por el Forest a generaciones más jóvenes. Esta tarde templada de
otoño, sin embargo, el ocupante del asiento 96 no pudo ver cómo sus Reds daban
una lección a los líderes de la división, sobre todo en la primera parte.
Tampoco pudo deleitarse con la falta directa del
rejuvenecido Andy Reid que abrió el marcador para el Forest. El centrocampista
irlandés, uno de los mejores del partido de nuevo, lideró y dirigió al equipo.
Él mismo provocó la falta sobre la media luna del área, y con apenas dos pasos
de carrerilla colocó el balón magistralmente por encima de la barrera y en la
escuadra de Marshall. Sin duda, el ocupante del asiento vacío hubiese saltado y
habría comentado la calidad y la pizca de suerte en el rebote, que cayó dentro
de la portería en vez de ser escupido por el larguero. Aunque en realidad creo
que sí lo vio, posiblemente debatiendo con Brian Clough lo bien que este Forest
estaba pasando el balón, a pesar de las altas líneas de presión del Cardiff,
que no vino a encerrarse.
Un par de minutos después, en pleno asedio de los
Reds, el ocupante del asiento 96 volvió a sonreír y saltar, cuando Gregg
Halford colgó un balón desde la banda derecha y Daniel Ayala, todo potencia y
coraje, apareció desde atrás para cabecear de manera inapelable y conseguir el
segundo tanto para los locales. En esos momentos el Cardiff, los líderes, el
equipo más potente de la división, estaban desarbolados ante el vendaval de
juego que se les vino encima. Fue el del Forest, además, un dominio con buen
juego, manteniendo el balón y pasándolo con criterio. No me hubiese extrañado
que el ocupante del asiento 96 comentase que posiblemente fuera el mejor fútbol
que se había visto en el City Ground en muchos meses y que quizás, quien sabe,
este año sí podría ver de nuevo a sus queridos Reds ascendiendo a la Premier
League.
Pero me parece que mi compañero de tribuna se hubiese
precipitado un poco. Aún hay que trabajar bastante, y la segunda parte así lo
demostró. Por suerte, tan sólo dos minutos después del descanso llegó el tercer
tanto del Forest, que sentenció el partido. El pequeño mago polaco, Majewski,
era uno de los favoritos del ocupante del asiento 96. Y uno puede entenderlo
perfectamente. Esos pases entre líneas, marca de la casa, son pura calidad. Uno
de ellos, devolviendo la pared, habilitó a Billy Sharp, ese tipo gordo de
Sheffield, para plantarse sólo, aunque escorado ante David Marshall. Un remate
cruzado, bajo el cuerpo del cancerbero, y Sharp abrió por fin su cuenta
goleadora con el Forest.
Parecía un sueño hecho realidad. El homenaje perfecto
al abonado del asiento 96. Un tributo a ese asiento vacío. Tras el gol el
Forest se dio el gusto de dominar y el publicó coreó con ‘olés’ los múltiples
de los locales. Seguro que el ocupante del asiento 96 se hubiera unido a la
celebración con ganas.
Y entonces todo cambió. Malky Makaay,
que no tenía nada que perder, mandó los tanques (nunca mejor dicho en el caso
del espigado Rudy Gestede) al césped. Entre Gestede y el también sustituto
Craig Noone, el Cardiff empezó a encerrar al Forest, cuya defensa reculó
demasiado. Con la ayuda de Guedioura, nuevamente expulsado, los galeses lanzaron
todo lo que tenían sobre la portería de Camp. Fueron minutos de zozobra, en los
que seguro que el ocupante del asiento 96 se hubiese mordido las uñas mientras
gritaba a los suyos que adelantasen líneas. Siempre fue un seguidor positivo, y
aunque ha sufrido con los Reds también tuvo la suerte de verlos en lo más alto.
Con un gol de Helguson en un balón colgado bastante tonto, el Cardiff encontró
algo de aire, y el aficionado del asiento 96 se habría puesto mucho más
nervioso.
Fue entonces cuando emergieron las figuras inmensas
de Lee Camp y Daniel Ayala. El portero internacional por Irlanda del Norte
volvió a demostrar el nivel que le conocimos hace un par de años. Seguro en los
balones colgados, no perdió ni uno, y rápido de reflejos para tapar un tiro a bocajarro
de Noone. El central sevillano, que cada vez se asienta más en la defensa, dio
una lección de cómo despejar balones colgados. Con una autoridad similar a la
de John McGovern, se hizo dueño del área y devolvió todas las bombas galesas,
que sobre todo venían desde la izquierda donde Noone atormentaba a Halford una
y otra vez. Hubo incluso un poste, en un tiro raso cruzado, que seguramente el
ocupante del asiento 96 ayudó a desviar a la madera, con Camp batido, porque
este sábado había que ganar.
Una victoria convincente, tres puntos muy valiosos y
buen juego a rachas. Se sufrió durante unos 20 minutos, pero eso es algo a lo
que el ocupante del asiento 96 y los demás seguidores sentados en la fila 21
estamos acostumbrados. Fue una victoria trabajada y que deja muy bien sabor,
salvo por ese asiento vacío que ya no volverá a estar ocupado.
Aunque sin saberlo, el Forest contribuyó a que una
tarde agridulce en la fila 21 fuese más llevadera. Esta victoria ante el líder
y esta crónica van dedicadas para ese aficionado incansable del Forest: para el
ocupante del asiento 96, que desde este sábado es un asiento vacío.
P.D.: Crónica muy emotiva de BG (@forestlive)
3 comentarios:
Muy buena crónica como siempre de BG, un lujo tenerlo en el blog.
Hoy jugamos en Blackpool, es baja Guedioura por la expulsión del sábado pero vuelve Blackstock. O'Driscoll puede hacer cambios en el once.
Ayer los Sub'21 perdieron 5-0 con el Wigan que jugó con varios jugadores de la Premier como Boselli, Watson, McManaman o Miyaichi. El Forest jugaron la 1ª parte Lansbury y Tudgay que habían estado lesionados.
El WIgan nos tiene mania, no se que le hemos hecho a los chicos.
Chapeau a la crónica de BG.
Valioso empate en Blackpool, sobre todo cuando se produce en el último minuto.
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