El Nottingham Forest cayó eliminado de la Copa de la
Liga tras perder su partido de la segunda ronda (1-4) contra el Wigan Athletic
en ‘The City Ground’. Un solitario gol del irlandés Simon Cox fue lo único que
los de Nottingham pudieron celebrar ante un Wigan que demostró la clara
diferencia en calidad y precisión que existe entre la Premier League y el
Championship.
Sean O’Driscoll usó la Copa de la Liga para dar
minutos a algunos de sus jugadores menos habituales, pero no plagó la
alineación de suplentes. Daniel Ayala ocupó el centro de la defensa, moviendo a
Halford al lateral derecho. Guy Moussi y Chris Cohen jugaron en el centro del
campo en lugar de Guedioura y McGugan, mientras que David McGoldrick fue el
sorprendente sustituto de Blackstock por delante de Findley y Matt Derbyshire.
Una decisión, ésta última, quizás difícil de entender visto el rendimiento del
ex jugador del Southampton, que fue más falso 9 que nunca.
La primera parte dejó el partido decidido en media
hora y fue un suplicio para el Forest. El entrenador de los visitantes, Roberto
Martínez, demostró haber estudiado a los de Nottingham y dispuso a su equipo
sobre el césped tendiendo una trampa mortal para los locales. Con una defensa
de tres, el Wigan acumuló hasta seis jugadores en la medular y dejó al
argentino Boseli como único delantero. Esa era la teoría, porque en realidad el
ataque del Wigan se poblaba con jugadores que, llegando con velocidad desde el
centro del campo, causaron todo tipo de problemas. Por otra parte, la
acumulación de centrocampistas impidió la circulación de balón del Forest en
ataque. Tampoco ayudó a ello la inclusión de Moussi, que no se entendió con
Gillet y que tiene una técnica bastante menos depurada que Guedioura.
Tras un comienzo del partido relativamente prometedor
para el Forest, el Wigan abrió el marcador con un balón abierto a la banda,
donde Stam apareció con velocidad, centró al corazón del área y encontró a
Boseli que remató sólo entre los dos centrales. El tanto del argentino cambió
el partido y el Forest apareció noqueado durante media hora. En estos treinta
minutos Figueroa marcó el segundo con un disparo a la escuadra desde unos 25
metros y Jordi Gómez finalizó una rapidísima contra para poner el 0-3 que cerró
el partido cuando aún ni había terminado la primera parte.
La receta de
Roberto Martínez fue sencilla, pero los chefs de calidad no necesitan
complicarse la vida con complicadas reacciones químicas para cocinar un buen
plato. Y eso hizo el Wigan: cerrarle todos los espacios al Forest y explotar la
velocidad por las bandas. Con una precisión de neurocirujano, los visitantes
dejaron expuestos los problemas del Forest y quizás el mayor de ellos sea la
banda derecha. Moloney sufrió contra el Bolton y Halford no mejoró la actuación
del irlandés. Quizás sea tiempo de probar algo diferente alineando a Hutchinson
en el lateral derecho.
Con todo decidido, el Wigan se permitió relajarse un
poco y el Forest mejoró en la segunda parte. Tras el descanso Simon Cox se sumó
al concurso de los golazos desde fuera del área. Un trallazo a la escuadra puso
el gol del honor para los hombres de Sean O’Driscol. Con los cambios mejoró el
Forest, sobre todo porque Majewski le dio más continuidad al juego y facilitó
la transición desde la defensa al ataque. Pero ya era demasiado tarde y el
Wigan no tuvo más que controlar desde la defensa y dejar pasar el tiempo.
P.D.: Crónica obra y gracia de @forestlive (BG) que sigue otra temporada en el blog tras duras negociaciones.