Nueva colaboración de BG (@forestlive) con la crónica del triunfo del Forest ante el Burnley que presenció en el City Ground ayer noche:
Por fin se acabó la mala racha. El Nottingham Forest se sacudió la desconfianza y derrotó al Burnley (2-0), con dos goles de David McGodrick y un excelente partido de Lewis McGugan, al que sólo las paradas del portero visitante, Brian Jensen, impidieron redondear con un gol una magnífica actuación. Con esta victoria el Forest pone fin a su caída del último mes y medio, en la que sólo ha conseguido cuatro puntos en ocho partidos. Y gracias a la victoria de los eternos rivales sobre el Leeds, el Forest se coloca tan sólo a un punto de la sexta plaza, que da derecho a jugar las eliminatorias de ascenso a la Premier League.
No fue un partido fácil, ni siquiera cuando el Burnley se quedó con diez jugadores por expulsión de Bartley en el minuto 32. Billy Davies sorprendió con la alineación inicial. El delantero escocés Boyd se quedó en el banquillo, dando paso a Tudgay y el indiscutible lateral derecho Gunter también fue suplente. Su puesto lo ocupó un joven jugador de la cantera, Brendan Moloney. Davies explicó después del partido que el lateral galés está ‘cansado, muy cansado mentalmente’. Y es probable que el caso de Gunter no sea más que un reflejo del resto del equipo. Aunque el Forest no ha jugado excesivamente mal, los últimos resultados habían sumido al equipo en una espiral de nerviosismo y falta de confianza. Se dice muy a menudo que un equipo es un estado de ánimo, y el del Forest estaba por los suelos. Los jugadores han acusado la mala racha y se les nota. Empezaron el partido muy nerviosos. El balón les quemaba en los pies a los jugadores, casi nadie la pedía y el Forest era incapaz de enlazar más de tres pases seguidos. Por si fuera poco, la afición, que es normalmente fiel y anima a los suyos, no ayudó nada al equipo. Pocas veces habrá que criticar a quienes llenan el City Ground, pero esta noche perjudicaron al equipo. Ya desde el inicio el ambiente era frío, tenso. Se podía cortar el nerviosismo con un cuchillo. Constantes cuchicheos y silbidos por los pases atrás a Camp. No había casi ningún cántico de ánimo. Es como si los seguidores estuviesen esperando el menor error para echarse encima del equipo. No me gustó nada, porque se notaba que los jugadores estaban muy nerviosos, y que el público no les ayudaba. Éste es un equipo joven e inexperto, al que le pesa un poco la responsabilidad, pero siempre lo da todo y nunca se rinde. Lo ha demostrado de sobra. Si la afición no les ayuda en los momentos difíciles, luego no debería quejarse mucho si los resultados no llegan. Es justo en rachas tan negativas como la de estas semanas cuando, a pesar del desánimo, hay que apoyar a los jugadores y ser uno más para salir del pozo.
El Burnley, seguro en su defensa, tampoco arrancó mucho mejor que el Forest. Los visitantes parecían conformarse con esperar a que la ansiedad y el nerviosismo del Forest acabasen por provocar un error. Más o menos lo que hizo el Hull en su visita a Nottingham. Y casi lo consiguen, porque la primera oportunidad clara fue para Chris Eagles. El joven canterano del Manchester United se benefició de un mal despeje de Morgan, pero su disparo desde el punto de penalti fue despejado providencialmente por Morgan.
Poco más dio de sí la primera parte, que fue muy aburrida e imprecisa, si bien a los 32 minutos una entrada a destiempo de Bartley cambió el rumbo del partido. El centrocampista del Burnley se lanzó a por el balón, pero cazó a Luke Chambers con los tacos por delante. En una decisión polémica, el árbitro sacó la tarjeta roja. Esta vez, al menos, no hubo entrenadores pidiendo la expulsión, sino que el árbitro pudo decidir por sí mismo. Con un jugador menos el Burnley acusó inmediatamente el golpe y el Forest pasó a dominar. Por primera vez encontró espacios y consiguió hilvanar varios pases seguidos, aunque sólo un disparo lejano de McGugan creó verdaderos problemas a Jensen.
La segunda parte se retrasó un poco porque el Burnley tardó en saltar al campo. Debía de ser porque se temían la que les vino encima. Un Forest mucho más animado, mejor colocado y con más espacios dominó por completo los primeros 20 minutos de la reanudación. Por fin vinieron las triangulaciones, los pases cortos en la banda y las aperturas para las subidas de los laterales. En casi todo, estuvo omnipresente McGugan, otro que necesitaba un buen partido. Dio asistencia, lanzó con peligro dos faltas que no fueron gol por muy poco y se le vio incluso aplicarse en defensa, algo que no es muy habitual. McGugan fue el autor intelectual del primer gol. Un regate suyo al borde del área sólo pudo ser parado con un agarrón. Mientras McGugan colocaba con mimo el balón, McGoldrick entraba al terreno de juego sustituyendo a Tudgay. Cuando se reanudó el juego, McGugan disparó con toda la intención, el balón voló hacia el segundo palo y un pequeño toque de un defensa lo dejó a los pies del recién llegado, McGoldrick, que con frialdad lo remató desde la frontal del área pequeña. Primer toque, y gol. Poco más se le puede pedir al ex jugador del Southampton.
En condiciones normales con un gol de ventaja y un jugador más sobre el césped, el Forest no debería haber pasado problemas, pero sólo cinco minutos después del gol volvieron los nervios. El equipo se echó atrás, como asustado por la imponente presencia de Chris Iwelumo, que acababa de entrar al campo. El Burnley decidió que de nada le servía ya la medular, situó una especie de 4-2-3 y se dispuso a bombardear al Forest con balones largos para que los bajase Iwelumo. Por momentos uno no sabía si eso era un partido de fútbol o de rugby, con pelotazos por parte de unos y otros. Jensen mandaba el balón en largo desde su área, Iwelumo intentaba bajarla y la defensa del Forest respondía con otro patadón para devolver el esférico a Jensen, y vuelta a empezar.
Le faltó temple y calidad al Forest para dormir y matar el partido. Una vez más se notaron los nervios y la inexperiencia. Sólo cuando McGugan era capaz de poner cordura y rescatar alguno de los melones caídos del cielo, entonces el Forest se sacudía la depresión y creaba peligro. En una de esas contras, llegó el tanto de la tranquilidad para el Forest. McGugan recogió el balón casi en su campo, se fue por la derecha y dio un pase en profundidad magnífico a Earnshaw, quien cedió el gol a McGoldrick. Entonces y sólo entonces pudo respirar todo el mundo.
Una victoria que vale sólo tres puntos, pero que le quita una losa tremenda al Forest de encima. Como un enfermo que se recupera, la calidad de McGugan y los goles de McGoldrick han sacado al Forest, de momento, de su estado de ánimo depresivo. Es de esperar que esta victoria les devuelva a los jugadores un poco de confianza para afrontar los partidos que quedan.
Nottingham Forest: Camp, Moloney (Gunter, 82min), Morgan, Chambers, Konchesky, McGugan, McKenna(C), Moussi (Majewski 71min), McCleary, Tudgay (McGoldrick 71min), Earnshaw.
Subs not used: Darlow, Bennett, , Boyd, Adebola,
Bookings: McKenna 33min, Konchesky 51min
Scorer: McGoldrick 73min, 90+3min
Burnley: Jensen, Mears, Duff, Bikey (Thompson, 87min), Fox, Eagles (Wallace 63min) Cork, Marney(C), Bartley, Elliott (Iwelumo 80min), Delfouneso.
Subs not used: Grant, Carlisle, Alexander, Duffy
Bookings: Bartley 32min RED CARD, Bikey 49min, Fox 65min, Duff 72min
Referee: J.Moss
Attendance: 19,411 away attn: 626