Cero puntos, solo un gol marcado y seis recibidos, ese es el
penoso bagaje en los dos partidos que ha disputado el Forest después del día de
Navidad, una manera como otra cualquiera de amargar las navidades a todos los
hinchas del Forest, al menos los niños reds supongo que habrán podido disfrutar con
los regalos de Papa Noel.
Triste colofón para un final del 2014 donde el Forest solo
ha ganado dos partidos en Championship de los últimos 17 jugados, unas cifras que colocarían al
equipo en descenso si no fuera por el gran inicio de temporada cuando el Forest
fue incluso líder, parece que el “efecto” Pearce y toda la ilusión que generó
su fichaje solo duró el primer mes y medio de competición. La situación es
preocupante porque no se ve al equipo con poder de reacción, además no puede
realizar fichajes pagando traspaso en el mercado invernal por el embargo en las
transferencias al no cumplir el fair play financiero, así que los que lleguen
serán jugadores cedidos o libres.
Alejándose cada vez más las opciones de entrar en Play-off,
ahora la distancia es de nueve puntos, el único consuelo es que aún hay un
decente colchón respecto al descenso (once puntos) pero como sigamos así seguro
se reduce la diferencia en pocas semanas.
En el Boxing Day tocaba visitar un complicado Riverside ante
un Middlesbrough ubicado en la parte noble de la tabla, en la primera parte el
Forest pudo contener los ataques locales manteniendo el sistema utilizado ante
el Leeds de 3-5-2, con Mancienne otra vez como medio centro defensivo, pero al
descanso Pearce decidió volver al clásico 4-4-2 sustituyendo a Assombalonga por
Vaughan, cambio bastante discutible porque retirar a tu goleador del campo no
parece la decisión mas lógica. Al comienzo de la segunda mitad se adelantó el
Boro con un cabezazo de Friend, y las opciones del Forest casi desparecieron
tras la justa expulsión de Wilson, luego llegaría el gol de Vossen con un buen
disparo desde la frontal y el tercero fue obra de Leadbitter de penalti. Dura
derrota tras una mala segunda mitad pero lo peor estaba por llevar.
Ayer llegaba al City Ground un mejorado Birmingham que ya
nos había ganado este mismo mes en su estadio, pero que tampoco es nada del
otro mundo. Con un planteamiento inicial 4-4-2, el Forest tiró el partido en
los últimos diez minutos de la primera parte encajando hasta tres goles, todos
tras errores defensivos. El primero una falta lateral lanzada por Cotterill que
no parece demasiado peligrosa se cuela entre una nube de piernas y un poco
acertado Darlow, en el segundo Donaldson desvía en el área pequeña otro centro
raso que nadie es capaz de despejar y el tercero otra vez Donaldson se
aprovecha de un balón que rebota en el pecho de Mancienne tras una parada de
Darlow. 0-3 al descanso y los aficionados del Forest alucinando como un rival
haciendo tan poco nos estaba goleando, ver para creer. El Forest solo pudo
recortar distancias en el descuento con un cabezazo de Assombalonga a centro de
Osborn.
Para rematar Lansbury recibió su décima tarjeta amarilla y
se perderá los siguientes dos partidos, aunque la de ayer pueda ser rigurosa,
es una barbaridad que un jugador de corte ofensivo lleve esa cantidad de
amonestaciones cuando no hemos llegado a final de año, un asunto que debe
atajar Pearce.
El próximo sábado el Forest inicia su participación en la FA Cup en campo del
Rochdale, un conjunto de League One pero tal como esta el Forest casi nos
parece una combinación del Brasil del 70, el Madrid de Di Stefano y Milán de
Sacchi.