Hay un dicho muy típico de los madrileños que dice “De Madrid,
al cielo”. Para los que no son de Madrid suena un poco prepotente, hay que
reconocerlo, pero para el Nottingham Forest fue una gran verdad. Hoy se cumplen
cuarenta años de la culminación del milagro del Nottingham Forest, la segunda
Copa de Europa de los chicos de Brian Clough y Peter Taylor conseguida con una
muy sufrida victoria (1-0) ante el todopoderoso Hamburgo de Kevin Keegan. Si
Trevor Francis fue el héroe en Múnich un año antes, la historia se reservó el
momento de mayor gloria para el ‘gordito’ escocés John Robertson. Nunca un
guión futbolístico pudo escribirse mejor.
Hay muchos momentos de esta maravillosa historia del Forest que
tienen algo de especial, desde eliminar al Liverpool en primera ronda a los
durísimos partidos en Alemania. Este pasado ilustre del Forest, cada día más
lejano pero a la vez tan presente, es uno de los atractivos del club. Cuanto
más conoces y sabes sobre la improbable hazaña que Brian Clough y sus chicos
construyeron en una pequeña ciudad industrial del centro de Inglaterra, más te
atrae. Y así nos ha pasado a un grupo de españoles aficionados al fútbol que
nos hemos ido encontrando por las redes gracias a nuestra pasión (alguno diría
locura tras los años de Fawaz Al Hasawi) por el Forest.
Para todos nosotros, los #SpanishReds, la final de 1980 es
quizás un poco más emotiva porque se disputó en España, y así siempre tendremos
un vínculo más sentimental con el Forest y con aquellos jugadores que nos
llevaron de la segunda división al estrellato europeo. La segunda Copa es un
poco más nuestra.
Celtic, Feyenoord, Aston Villa, Hamburgo, PSV Eindhoven,
Estrella Roja, Olympique Marsella, Borussia Dortmund y Chelsea. Todos ellos son
clubes históricos, en mayor o menor medida. Tienen algo en común, son campeones
de Europa…¡pero sólo una vez!
Si ganas la Copa de Europa una vez, puede quedar la sensación
de que ese equipo tuvo un buen año, tuvo suerte o se le apareció la Virgen de
Lourdes. Vamos, como al Leicester City en la liga. Pero el Nottingham Forest no
pertenece a ese club, porque fue capaz de repetir un año después de su primer
título.
Ese gol de Robertson en el Santiago Bernabéu ante el Hamburgo
confirmó al Forest como un equipo especial en Europa, un grande. Un equipo que
nos demostró, que con trabajo y confianza los milagros existen y se puede pasar
de visitar el Edgar Street a ser bicampeón de Europa en uno de los estadios más
emblemáticos de la Copa de Europa en sólo 4 años.
La segunda final se jugó el 28 de Mayo de
1980, en plena efervescencia de la Movida
Madrileña, aquel movimiento cultural hedonista que recorría las calles de
Malasaña en Madrid y que también supuso un renacer cultural en otras ciudades
como Valencia. Sin embargo, esa libertad, esa tremenda explosión creativa de la
Movida no se trasladó en exceso al
césped del Bernabéu. En realidad los dos equipos disputaron un partido duro y
de pocas ocasiones. La prensa española de la época lo calificó de malo,
mientras que algunos futbolistas en activo que lo presenciaron supieron
apreciar los detalles de aquel fútbol más táctico que creativo. La Vanguardia se quejó del ‘monocorde
ritmo’ del partido y declaró que ‘el futbol de ataque no tuvo premio en la
final de la XXV Copa de Europa’. “Repitió
el Nottingham”, tituló el Diario AS en portada, con una foto gigante de
John McGovern levantando la orejona. “Un
gol de Robertson y las paradas de Shilton decidieron”, explicaba el rotativo
madrileño en su edición del 29 de mayo de 1980.
Cierto es. La final se decidió en un
momento de brillantez de John Robertson, el futbolista al que Brian Clough
llamaba Picasso. Y también es cierto que en algunos momentos de la segunda
parte el Forest se encerró en el área, como recogen las crónicas. Pero ganó. Y
a nosotros nos vale.
España atravesaba unos momentos convulsos
cuando recibió al Forest y sus ruidosos aficionados. La final debía ser en
parte un ensayo para la organización del Mundial 1982, el de Naranjito. El
partido no despertó excesivo entusiasmo en Madrid. Las gradas solo se llenaron
a la mitad, dejando a la vista mucho cemento. La inmensa mayoría de los
aficionados en el Bernabéu aquella tarde eran ingleses o alemanes. Los
madrileños sólo lo vivieron de lejos, quizás porque el Real Madrid había sido eliminado
en semifinales por el Hamburgo.
El mismo día de la final, a un par de
kilómetros del Bernabéu, los políticos españoles debatían una moción de censura
en la Carrera de San Jerónimo contra el presidente del gobierno, Adolfo Suárez.
Aquella moción de censura no prosperó por tan solo 24 votos y Felipe González,
el candidato que la promovió, tuvo que esperar hasta 1982 para llegar al
gobierno. Adolfo Suárez acabó dimitiendo meses más tarde y en Febrero de 1981
la joven democracia española vivió uno de sus momentos más tensos con el
intento de golpe de estado durante la sesión de investidura de Leopoldo Calvo
Sotelo.
A pesar del limitado interés por la final, el debate en el
Congreso de los Diputados fue relegado al segundo canal de Televisión Española.
El famoso UHF. La final y el Forest, como no, se emitieron por la primera
cadena. Los niños españoles, más contentos que nada, fueron testigos en directo
de las diabluras de Robertson y los ‘Miracle Men’ de Brian Clough.
Aunque pocos, sí hubo Madrileños que vivieron aquella final con
interés. @tote_alkor, uno de los miembros de los #SpanishReds nos relata lo que
vivieron su padre y su abuelo aquel día de Mayo de 1980:
“Mi
padre me contó una vez lo que fue esa tarde de 1980 para él y para mi abuelo.
Por aquel entonces mi abuelo era árbitro de la Federación Madrileña y esa
mañana pitó un partido en Canillejas, al que fue con mi padre, que tenía 15
años. Al terminar de comer, en un bar no muy lejos de allí, empezaron a ver
gente que ‘hablaba raro’, eran los ingleses, vestidos de rojo: eran los del
Forest. Union Jack’s, banderolas con árboles y camisetas cortas sobre
pantalones de pana, así los recuerda mi padre. Los dos se acercaron al Bernabéu
para ver el ambiente y en poco se marcharon a un bar, ya cerrado, que estaba
cerca de la calle General Perón: allí vieron el partido con unos amigos de mi
abuelo y algún que otro ‘guiri’ inglés y alemán, en un televisor enano junto
con trinaranjus, coca colas y chatos de vino. Esa tarde de verano fue única, ni
mi abuelo ni mi padre imaginaban lo que ese día supondría para la historia. No
importaba quién ganara, aunque al final ganaron los buenos, los de la Union
Jack y las banderolas con árboles, los que un año antes conquistaron el
Olímpico de Múnich y dejarían marcada la huella de sus botas en la historia.”
Estaba claro, @tote_alkor no podía ser de otro equipo inglés
que no fuera el Forest. Le viene de familia.
En 1980 no existían, por supuesto, ni Easyjet ni Ryanair. Viajar de Nottingham a Madrid no era tan fácil como ahora. Los aficionados del Forest se embarcaron en largos viajes en autobús o barco pasando por Francia. Sólo algunos pudieron darse el lujo de usar el avión.
En 1980 no existían, por supuesto, ni Easyjet ni Ryanair. Viajar de Nottingham a Madrid no era tan fácil como ahora. Los aficionados del Forest se embarcaron en largos viajes en autobús o barco pasando por Francia. Sólo algunos pudieron darse el lujo de usar el avión.
Los primeros seguidores del Forest llegaron
a Madrid el lunes. Como es habitual, los ingleses se juntaron en las plazas de
la capital, probando las cervezas locales en amplias cantidades. Según el
Diario AS, muchos se alojaron en hoteles cercanos a la Plaza de España. Y los que no tenían hotel durmieron en los
banquillos. Dos hinchas fueron detenidos por nadar borrachos en
calzoncillos en la fuente de la plaza. Vamos, lo normal.
Algunos de los afortunados que pudieron desplazarse en avión a Madrid fueron Bryan y Bev, que han tenido la amabilidad de contarnos sus recuerdos de aquel viaje a Madrid. Ya jubilados a sus más de 70 años, Bev y su marido Bryan siguen acudiendo a City Ground, donde son abonados junto a sus tres nietos. Ahora, claro, sufren bastante más que en 1980. Volaron a España desde el aeropuerto de Stansted, cerca de Cambridge, el mismo día de la final y llegaron al Bernabéu sobre las seis y media de la tarde, directamente desde Barajas.
Algunos de los afortunados que pudieron desplazarse en avión a Madrid fueron Bryan y Bev, que han tenido la amabilidad de contarnos sus recuerdos de aquel viaje a Madrid. Ya jubilados a sus más de 70 años, Bev y su marido Bryan siguen acudiendo a City Ground, donde son abonados junto a sus tres nietos. Ahora, claro, sufren bastante más que en 1980. Volaron a España desde el aeropuerto de Stansted, cerca de Cambridge, el mismo día de la final y llegaron al Bernabéu sobre las seis y media de la tarde, directamente desde Barajas.
Con 32 años, Bryan era por aquel entonces ya un ‘veterano’ de
las gradas del Forest, al que empezó a seguir en 1967 y acompañó, junto a Bev,
en alguno de sus momentos más históricos, como la semifinal en Amsterdam o la
trágica semifinal de Copa inglesa en Hillsborough contra el Liverpool. Bryan y
Bev no pudieron disfrutar mucho de Madrid por falta de tiempo, pero sí que
conocieron a algunos locales tras el partido, “todos iban con el Forest”, nos
explica Bryan. Por la noche, la fiesta se desmadró un poco, “en el hotel había
muchos seguidores del Forest y no paraba de correr el champán y la cerveza”,
cuenta con una media sonrisa. “Hubo bastantes madrileños que se unieron a la
fiesta”. Sí, a los españoles nos gusta celebrar, para qué negarlo.
Bryan reconoce que por aquel entonces ni siquiera ellos podían
creer lo que le estaba pasando al Forest: “Nunca podíamos haber imaginado
llegar a ganar esos títulos, era algo verdaderamente imposible de creer;
además, no había tanta cobertura mediática como hoy en día, era algo totalmente
distinto”.
Recientemente,
encontraron las fotos de su viaje a Madrid.
Bev a punto de embarcar dirección Madrid.
Bryan en su camiseta: ‘El ejército del Forest de matadores marchan
sobre Madrid’. ¡Qué español!
Una de las múltiples anécdotas del partido la protagonizó
Peter Shilton el mismo día de la final. Unas horas antes del encuentro Shilton
quería hacer algunos ejercicios de calentamiento. Puesto que no pudo encontrar
césped en las inmediaciones del hotel en el que estaba concentrado el Forest,
ni corto ni perezoso Clough y el entrenador de porteros se lo llevaron a una
rotonda en pleno Paseo de la Castellana. Fue el único lugar que encontraron con
algo de hierba. No les debió de ir mal aquel entrenamiento rodeado de coches y
madrileños atónitos, porque Shilton fue una muralla ante la artillería alemana.
El
Forest, recordemos, defendía título y ya no era el equipo casi desconocido que
había sorprendido en la temporada anterior. Mantenía prácticamente la plantilla
que había logrado la Copa de Europa y partía como uno de los favoritos. En la primera ronda le correspondió el Osters
sueco, un equipo que presentaba el aval de haber derrotado en su Liga al
finalista de la Copa de Europa anterior, el Malmö. En el primer partido jugado
en City Ground los suecos mantuvieron durante muchos minutos su puerta a cero
pero finalmente el Forest logró una buena renta de 2-0 gracias a los goles de Bowyer. En la vuelta en Suecia, el
Osters se adelantó en el marcador sembrando los nervios en el campeón pero Woodcock marcó el empate definitivo que
suponía la clasificación.
En segunda ronda el sorteo deparó otro equipo bastante desconocido, el
Argeș Pitești
rumano. En el partido de ida jugado en Nottingham el resultado fue el mismo que
en la ronda anterior, un 2-0 con goles de Birtles
y Woodcock. El Forest dejaba así la
eliminatoria bastante decantada. En el partido de vuelta el Forest no dio
opción y volvió a imponerse por 2-1 con goles de Bowyer y Birtles, el
instalador de moquetas convertido en goleador estrella por Clough y Taylor. Esta fue la última eliminatoria que jugó Tony Woodcock que fue traspasado al
Colonia poco después.
En cuartos de final el rival fue el Dinamo de Berlín de la antigua RDA. El partido de ida jugado en
City Ground supuso la primera derrota del Forest en casa en la Copa de Europa,
los alemanes vencieron 0-1 dejando la eliminatoria muy complicada para la
vuelta. El Forest debía vencer en Berlín para llegar a semifinales, pero además
llegó a Berlín con la moral tocada tras perder cuatro días antes la final
de la Copa de la Liga por 1-0 ante el Wolverhampton. No fue fácil, pero los
de Nottingham sacaron la casta de campeón y ganaron 1-3
dejando helado al público berlinés y a la STASI. Francis que hizo un partidazo con dos goles y Robertson
de penalti sellaron el pase a semifinales.
En semifinales el rival del tenía mucho más nombre e historia que en
las anteriores eliminatorias, el Ajax de
Amsterdam se presentaba como un hueso muy duro de roer. En la ida jugada en
el City Ground, el Forest volvió a recuperar su solidez jugando de local y
venció por 2-0 al
Ajax con goles de Francis y Robertson. Una vez más, los delanteros
estrella allanaban el camino. En la vuelta, jugada en el Olímpico de Amsterdam
en medio de un gran ambiente, el Ajax se adelantó en el minuto 66 por medio del
danés Soren Lerby pero el Forest supo mantener su ventaja mínima para
clasificarse por segundo año consecutivo a la final. No suele ser muy reconocido pero el Forest de Brian Clough era tan bueno atacando como defendiendo. Era un
equipo con muchos registros. En la final lo demostraría con creces.
Si en el camino hasta Madrid la
piedra más dura fue, sin duda, el Dinamo del Berlín Oriental, otro club alemán,
esta vez del lado occidental del muro, pondría el título muy difícil en la
final. El oponente fue el Hamburgo
que se presentaba como favorito debido a la presencia en sus filas de Kevin Keegan, considerado uno de los
mejores jugadores del mundo en ese momento. Además, el Forest contaba con la
baja por lesión de su estrella y héroe de Múnich, Trevor Francis.
El Hamburgo había eliminado al
Valur islandés, al Dinamo de Tbilisi, al Hadjuk Split con muchos apuros y en
semifinales al Real Madrid. Los alemanes remontaron el 2-0 de la ida en el
Bernabéu con un impresionante 5-1. Ya se sabe, el fútbol es un deporte en el
que juegan dos equipos y siempre ganan los alemanes. Salvo
que enfrente esté el Forest. Clough sorprendió una vez más a todos sacando de
titular al jovencísimo Gary Mills de 18 años en sustitución de Francis. El
Forest realizó un partido muy serio y supo mantener a la perfección la renta
lograda con el gol de Robertson a los 21 minutos, Shilton fue decisivo con algunas
grandes paradas. En la segunda mitad del partido un contraataque le dio a Gary
Birtles, el instalador de moquetas, la oportunidad de sentenciar. Pero se dejó
el balón atrás en el césped irregular del Bernabéu y el Forest tuvo que sufrir
el último asalto alemán.
El Nottingham Forest volvía a proclamarse campeón de Europa con la siguiente alineación; Peter Shilton, Viv Anderson, Larry Lloyd, Kenny Burns, Frank Gray, Martin O'Neill, John McGovern, Ian Bowyer, John Robertson, Gary Mills y Garry Birtles. Suplentes utilizados: Bryn Gunn, John O'Hare.
El Nottingham Forest volvía a proclamarse campeón de Europa con la siguiente alineación; Peter Shilton, Viv Anderson, Larry Lloyd, Kenny Burns, Frank Gray, Martin O'Neill, John McGovern, Ian Bowyer, John Robertson, Gary Mills y Garry Birtles. Suplentes utilizados: Bryn Gunn, John O'Hare.
Y con ello unió su nombre
para siempre al de la ciudad de Madrid y a España. Para nosotros, los
#SpanishReds, es un honor haber tenido un pedacito de la historia de nuestro
equipo tan cerca de casa. Además nos ha permitido colaborar en este pequeño
homenaje al 40 aniversario de aquella segunda Copa de Europa. Desde España
mandamos un cariñoso saludo para todos los seguidores del Forest que hoy estén
recordando de Madrid y aquella final. Ojalá podamos vernos pronto en City
Ground celebrando más alegrías del Forest. Si queréis participar, usamos el
hashtag #SpanishReds en Twitter.
Los #SpanishReds son un grupo de seguidores
españoles del Forest que han formado una peña no oficial tras irse conociendo
en las redes sociales desde 2008. Contamos además con un “español” de
Southampton al que hemos adoptado.
Han colaborado en la redacción @cityground74, @tomvvardle,
@tote_alkor, @samutmb, @forestlive y @Jose_J95. Now, Then, Forever. Forest.
C’mon you Reds!