El Nottingham Forest
derrotó (3-4) al Brentford en el partido de la segunda jornada de Championship
que ambos disputaron en un soleado Griffin Park, al oeste de Londres. Dos
soberbios golazos del griego Andreas Bouchalakis, otro de Daryl Murphy y un
tanto final del joven Kieran Dowell dieron la victoria a los de Nottingham ante
un Brentford que atacó con agilidad y peligro, pero defendió con mucho
desorden.
El Nottingham Forest
llegó a su primer partido fuera de casa con mucho por mejorar vistos los
problemas que tuvo ante el Millwall una semana antes. Pero éste es otro Forest.
Es un club y equipo renovado, que ganó su primer partido fuera de casa desde
Noviembre de 2016. Mark Warburton decidió alinear tres centrales y cinco
centrocampistas para mantener más el balón y mejorar las transiciones del
equipo. El primer objetivo lo consiguió, o digamos que al menos no lo hizo tan
mal como en el primer partido de la temporada. Tuvo más problemas el Forest con
el balón, sin embargo. En la primera parte sólo lo sacó jugado con cierta
solvencia por la banda izquierda, donde Osborn, descargaba el juego y se
entendía bien con McKay y Bouchalakis. A pesar de eso, la mayoría de los
ataques del Forest acabaron en balón largo a Daryl Murphy, propiciado por la
presión de los mediocentros rivales. Murphy, que aún se está adaptando,
desplegó una movilidad similar a los menhires que reparte Obélix desde su
cantera en la aldea gala, por lo que acabó perdiendo la posesión casi siempre.
En un partido entretenido
con bastantes alternativas, el Brentford dominó la posesión durante la primera
media hora de juego. Por todo su control, acabó adelantándose a balón parado.
Un saque de esquina en el que los defensores del Forest emularon a Ojo Loco
Moody, mirando a cualquier sitio menos a Egan, quien entró por el segundo palo
más sólo que Hagrid en su cabaña del bosque para adelantar a las abejas de
Londres.
El gol hacía presagiar
otra derrota del Forest, pero el equipo demostró tener personalidad.
Posiblemente lo mejor del Forest fue su respuesta a los goles encajados. No se
puso nervioso, recuperó la compostura y atacó con decisión para remontar el
partido. Primero fue Bouchalakis. El griego, que es zurdo, enganchó una volea
con su pierna derecha desde la frontal del área para empatar el partido tan
sólo dos minutos después del gol inicial.
Con algo de fortuna, el
Forest no sólo igualó sino que se puso por delante antes del descanse. Lo bueno
de los menhires es que son sólidos y, bien colocados en su sitio, muy útiles.
Algo así es Daryl Murphy. Aprovechó un tiro al palo de Darikwa y la lentitud de
los defensores del Brentford para empujar el segundo del Forest desde la
frontal del área pequeña.
El resultado al descanso
era en realidad engañoso. Mark Warburton leyó perfectamente la primera parte y
dio entrada a Dowell en el descanso por Clough. Sus instrucciones eran claras,
marcar al hombre y bien de cerca a Joezfoon y ayudar en la salida del balón
para recuperar la superioridad en el centro. Dicho y hecho: Joezfoon
desapareció en la segunda parte y con él el dominio del Brentford.
Por si fuera poco, nada
más empezar el segundo tiempo Bouchalakis demostró que su disparo con la zurda
es aún mejor que con la derecha. Escorado, cerca del pico del área, se sacó un
zurdazo que acabó en la escuadra de Bentley y provocó el delirio de los 1.658
aficionados del Forest que viajaron hasta Londres. El centrocampista griego,
más allá de sus dos goles, fue clave para el Forest porque sacó el balón jugado
con mucho criterio, sobre todo en la segunda parte. Puede acabar siendo un jugador
importante para el equipo puesto que la posición de mediocentro es, quizás, una
de las más débiles de la plantilla.
Todo parecía indicar que,
contra pronóstico, el Forest se iba a llevar tres puntos de Brentford con
relativa tranquilidad. Pero los desajustes defensivos volvieron a aparecer. De
nuevo un saque de esquina. Otra vez un jugador que se incorpora desde atrás, ahora
en el primer palo. Y, por supuesto, gol. Está claro que la tranquilidad en la
defensa del Forest dura menos que la paz en Desembarco del Rey.
Cuando se auguraba un
final complicado para el Forest, el equipo volvió a responder. Intentó mantener
la posesión lo mejor que pudo y no renunció al ataque. Esta personalidad obtuvo
recompensa. Una excelente jugada de Traoré por la banda, con bicicleta incluida,
acabó llegando a Dowell, el jovencísimo cedido por el Everton que ya demostró
buenas maneras en su debut ante el Millwall. Con la ayuda de un defensor,
Dowell marcó el cuarto tanto del Forest y, con ello, un final del partido más
tranquilo.
Aunque acabó encajando de
nuevo, en el descuento, la realidad es que el cuarto de hora final supo
manejarlo el Forest. Y ésta es una buena noticia. La temporada pasada el
comportamiento habitual era echarse atrás. Muy atrás. Y parapetarse lo mejor
que podía (que normalmente era mal, claro) cediendo el balón al rival. En
Brentford, aunque tuvo que defender, la salida de Traoré y Carayol dio frescura
para mantener mejor la posesión. El menhir Murphy jugó sus mejores minutos y
aguantó bien el balón, incluso se sacó de la chistera un par de buenos pases,
quizás gracias a algún brebaje curativo preparado por la Señora Pomfrey en el
descanso.
Aunque hay mucho que
mejorar, sobre todo en defensa, el partido del Forest fue solvente en líneas
generales. En estos primeros partidos el equipo está demostrando personalidad y
versatilidad. También una plantilla profunda para cambiar el desarrollo de los
partidos sobre la marcha. Y lo que es mejor, el club vuelve a ser una entidad
respetable y bien organizada. Pero, sobre todo, lo más importante es que por
fin los aficionados están volviendo a disfrutar de su club y su equipo. Y eso
ya es mucho, créanme.
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