El Nottingham Forest
derrotó al Ipswich Town (2-1) en el partido de Championship que ambos
disputaron en City Ground este sábado. Dos goles del Forest en los cinco
minutos añadidos de partido dieron la vuelta al tanto del Ipswich mediada la
primera parte del choque. Con esta agónica victoria el Forest rompió por fin su
sequía goleadora y se asegura un final de temporada relativamente cómodo,
aunque aún no está salvado matemáticamente.
No fue un buen partido
del Forest, pero aún así mereció la victoria. Con un juego demasiado lento, los
de Aitor Karanka encontraron muchas dificultades para sacar el balón jugado.
Sólo el dinamismo de Osborn y Lolley en la banda izquierda le dio algo de aire
al Forest en la primera parte. Aún así, las mejores ocasiones del primer tiempo
fueron para los locales. Un mano a mano de Osborn que sacó el portero rival, un
tiro al palo de Joe Lolley y un remate de cabeza en un córner que se marchó por
muy poco. Pero dada la suerte que está teniendo este Forest, se llegó al
descanso con derrota cuando un balón colgado al área por el Ipswich rebotó en
dos jugadores y acabó superando la agónica estirada de Pantilimon. El
guardameta rumano, visiblemente enfadado consigo mismo porque tocó el balón
pero no consiguió detenerlo, golpeó con rabia los postes de su portería tras
encajar el gol.
El inicio de la segunda
parte no hacía augurar nada bueno para el Forest. El Ipswich salió mucho más
fuerte y encerró a los locales en su área durante diez minutos. Mucho balón al
área y unos cuantos saques de esquina, pero en realidad los tractor Boys no
generaron peligro. Fue más una sensación de impotencia del Forest que un
verdadero dominio visitante.
Curiosamente, el Ipswich
fue mucho más peligroso cuando por fin el Forest se estiró y se lanzó sobre el
área visitante. A la contra, los visitantes llegaron tres veces con mucho
peligro ante Pantilimon, pero nunca supieron aprovechar sus superioridades
numéricas y dejaron al Forest con vida.
Los cambios de Karanka le
dieron la vuelta al partido, tan es así que el entrenador visitante felicitó al
de Vitoria tras el encuentro “nos has dado una lección hoy”, dijo cuando se
despidió del técnico español antes de abandonar City Ground. La entrada de
Matty Cash y Apostolos Vellios desequilibró la balanza. Situado como interior
derecho, el joven canterano ofreció por esa banda otra vía de entrada para
superar al Ipswich. Se entendió a la perfección con Darikwa y le dio al ataque
del Forest el dinamismo que le había faltado en todo el encuentro. Con estos
dos jugadores el Forest tenía más opciones ofensivas puesto que a las bandas se
sumaban dos delanteros centro: Brereton y Vellios.
A pesar de que se estaba
volcando, esta vez sí, sobre el área del Ipswich, los goles seguían sin llegar.
Todo hacía indicar que el Forest podía firmar un nuevo encuentro sin marcar. Y
más cuando Ben Brereton, el joven cachorro de la cantera, tuvo dos ocasiones
claras que no supo rematar. En la primera, solo ante el portero, optó por
tirarse a la piscina. Un gesto de impotencia y rabia ante su mala racha. Una
mala decisión en una situación de presión extrema. Los mejores atletas de élite
se distinguen, precisamente, por pensar con claridad en situaciones de alta
tensión y tomar las decisiones correctas. Como cuando Johny Wilkinson optó por
chutar un drop en la final del mundial de rugby de 2003, por ejemplo. Brereton
es un buen jugador, pero tiene 18 años. Y eso, a veces, se nota. El árbitro no
dudó en amonestarlo, de manera justa, por ese claro intento de simular un
penalti que no era.
Pero con toda y su rabia
y frustración a cuestas, fue precisamente Brereton el que acabó sacando al
Forest del abismo del descenso al que empezaba a mirar con una derrota ante el
Ipswich. A pesar de sus fallos, no se escondió. Siguió pidiendo el balón e
intentándolo. Un claro síntoma de su personalidad y de que, como chico de
cantera, siente los colores y le importa lo que le pase al club. Como le
importa a Ben Osborn, de nuevo uno de los mejores del Forest en su posición
adoptada de lateral zurdo.
Con el tiempo
reglamentado casi cumplido, Brereton recogió el balón en el lateral del área y
se puso a regatear rivales. Uno de ellos le empujó por detrás. Esta ves sí,
penalti claro. Como Lee Tomlin no estaba sobre el terreno de juego, Brereton no
lo dudó. Cogió el balón y lo colocó con mimo en el punto de penalti. A sus 18 años,
tras un partido en el que no le habían salido las cosas, quería la
responsabilidad. Podría haberse escondido, pero no lo hizo. Y eso dice mucho
del joven Ben. Con aplomo, lanzó un obús raso y ajustadísimo al palo. Bialkowski
se tiró bien, pero el disparo iba tan fuerte y colocado que no pudo hacer nada.
¡Y City Ground, por fin, celebró un gol!
Justo cuando se sacó de
centró el árbitro asistente indicó que se añadirían un mínimo de cinco minutos.
Con el subidón del gol (uno ya casi se había olvidado de qué se siente en estos
casos), el rugido de la hinchada espoleó a los jugadores: Come on you reds!
Resonaba como hacía tiempo que no se recordaba a orillas del Trent. Fue una
catarsis comunitaria, que acabó en éxtasis cuando Joe Lolley, el jugador más
creativo de esta plantilla, plantó una volea a lo Van Basten en la red del
Ipswich. Era el minuto 95, y el centro, desde la derecha, fue, como no, de Ben
Brereton. La remontada en cinco minutos, la personalidad de Brereton y el gol
de Van Lolley quedarán en el recuerdo,
pero la realidad es que el Forest dejó bastante que desear en los primeros 75
minutos de partido. Los tres puntos, sin embargo, fueron merecidos y permiten
un final de temporada tranquilo.
Se avecinan cambios en el
Forest. Si en invierno Karanka se deshizo de una decena de futbolistas, todo
hace indicar que este verano pasará algo muy similar. Una cosa es segura, Ben
Brereton no será uno de los que se vaya.
1 comentario:
Agradecer a Borja una nueva colaboración en el blog.
Además contando goles y una victoria del Forest, que ni nos acordabamos.
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